La II Conferencia Internacional sobre “Longevidad y Soluciones para la Jubilación” ha reunido a un grupo de expertos internacionales para debatir sobre materias que cada vez preocupan más a los ciudadanos en todos los países. Los investigadores han resaltado que las terapias actualmente en desarrollo nos darán 30 años extra de vida y permitirán comprar tiempo para hacer posible alcanzar la “velocidad de escape de la longevidad’’. Este concepto se refiere al desarrollo y aplicación generalizada de terapias que permitan neutralizar los factores que causan el envejecimiento.
En esta segunda Conferencia internacional, celebrada en la sede de Afi Escuela de Finanzas, han participado David F. Babbel, Catedrático Emérito de la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania y Senior Advisor de Charles River Associates (Boston); David Blake, Profesor de Pension Economics en la Cass Business School de la City University de Londres; Aubrey de Grey, gerontólogo y biomédico y científico principal y cofundador de SENS Research Foundation (San Francisco), y Michael R. Rose, Catedrático de biología experimental y evolutiva de la Universidad de California (Irvine). La dirección de la Jornada ha corrido a cargo de José Antonio Herce, director asociado de Afi.
El presidente de Afi, Emilio Ontiveros, abrió la Conferencia destacando que la “longevidad extrema” está sucediendo ya y que es urgente que la sociedad en general, y la industria de las pensiones en particular, intensifique su esfuerzo innovador para proveer de soluciones eficientes para la jubilación en este contexto. Además, enmarcaron la celebración de esta Conferencia entre los actos del Día de la Educación Financiera.
David F. Babbel explicó cómo, en los EE UU, un número creciente de compañías aseguradoras están integrando los seguros de vida con los de rentas vitalicias. Ello es así gracias a la cobertura simultánea que esta combinación ofrece frente al riesgo de mortalidad, por una parte, y el de longevidad, por otra, añadiendo que, de esta forma, se puede ofrecer una solución financiera razonable frente al avance de la longevidad.
David Blake, por su parte, incidió en la gran diversidad de modelos públicos y privados de pensiones que existen en Europa, enfatizando la idea generalizada de que es el Estado quien debe hacerse cargo del aseguramiento de la longevidad a edades “extremas”.
Aubrey de Grey, desde la perspectiva de la biomedicina, insistió en que asistiremos a una serie de oleadas de nuevas terapias genéticas que tendrán efectos permanentes sobre la longevidad y el estado de salud de los individuos, permitiendo, y exigiendo a la vez de estos, adaptaciones todavía insospechadas en los estilos de vida y el trabajo.
Michael R. Rose, finalmente, se mostró escéptico ante la idea de que una única “bala mágica” terapéutica, por sí sola, pudiese lograr detener el envejecimiento, si bien manifestó su esperanza de que un conjunto de terapias y nuevos estilos de vida ayuden a acercarse a ese “ideal”.
En el conjunto de intervenciones quedó patente que nos encontramos ante un reto social de primera magnitud. Por una parte, es muy claro que la ciencia está haciendo progresos indudables en este sentido, mientras que, por otra, los esquemas y productos para una jubilación sostenible no acaban de adaptarse a esta nueva escena.
