La rentabilidad de los ahorros para la jubilación

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Existen una serie de variables y parámetros socio-económicos que, por su relevancia, debemos considerar dentro del proceso de planificación financiera, ya que determinarán en mayor o menor medida el nivel de ahorro para la jubilación con el que se podrá contar una vez llegue el momento de jubilarse.

A continuación veremos una de las variables más relevantes: la rentabilidad de los ahorros.

La rentabilidad de los ahorros

La rentabilidad esperada de los ahorros dependerá de los productos que se contraten y del riesgo que se asuma, es decir que dependerá, en definitiva, de la tipología de productos (depósitos bancarios, planes de pensiones, acciones, fondos de inversión, seguros, etc.) en los que se invierta y del riesgo que se asuma al adquirirlos o contratarlos.

Cuanto mayor sea el riesgo asumido, mayores pueden ser las ganancias pero también las pérdidas. De tal forma, se exigirá mayor rentabilidad a los productos con más riesgo, como por ejemplo activos de renta variable (acciones, fondos de inversión de renta variable, etc.), y menos a los más conservadores, como por ejemplo activos de renta fija (depósitos bancarios, deuda pública, etc.).

Como se indicaba en el post La inflación, una variable económica a tener presente, hay que tener en cuenta la inflación, ya que si existe inflación, no bastará con obtener una determinada rentabilidad. En definitiva, a la hora de establecer la rentabilidad esperada de nuestras inversiones debemos saber diferenciar entre dos conceptos, rentabilidad nominal y rentabilidad real.

  • Tipo de interés nominal: rentabilidad que ofrece cualquier tipo de inversión (acciones, depósitos, planes de pensiones, fondos de inversión, etc.)
  • Tipo de interés real: es la diferencia entre la rentabilidad nominal obtenida a través de la inversión en un tipo de activo, y la inflación.

Dado que la inflación representa la subida de precios en un determinado período de tiempo, la rentabilidad verdaderamente interesante es la real, ya que es la que tiene en cuenta la evolución de los precios y muestra si se ha producido un aumento de riqueza real y en qué cuantía.

Por esta razón, la inflación es un buen indicador de la evolución de las inversiones. Si la rentabilidad obtenida es superior a la inflación significa que nuestra riqueza está aumentando en términos reales, mientras que si es inferior nuestros ahorros estarán perdiendo poder adquisitivo

La consideración de la inflación a la hora de planificar la jubilación adecuadamente adquiere mayor relevancia porque el horizonte temporal de las inversiones suele ser muy amplio, y entonces el efecto acumulado de la subida de los precios de los bienes y servicios es más significativo. Además, esta relevancia se ve acrecentada por el hecho de que la reforma de las pensiones que se introdujo en 2013 desvinculó la actualización anual de las mismas de la evolución de la inflación, siendo posible que se produzcan escenarios de pérdida o ganancia de poder adquisitivo de las pensiones.

Un elemento igualmente relevante en la rentabilidad del ahorro para la jubilación es la fiscalidad de los diferentes instrumentos en los que aquel se materializa, cuya incidencia es determinante en las decisiones de los individuos ya que altera el balance “natural” entre rentabilidad y riesgo de muchos activos financieros.

Descubre el resto de variables socio-económicas básicas que influyen en el nivel de ahorro para la jubilación:

  • Horizonte temporal hasta la jubilación
  • Inflación
  • Evolución de los perfiles de riesgo a lo largo de la vida
  • Evolución de los salarios
  • Evolución de los gastos
  • Esperanza de vida
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