Hasta finales del siglo XX en España eran mayoritarios los hogares de pareja con hijos. Sin embargo, el debilitamiento de esta formación familiar clásica y el envejecimiento de la población han provocado que este tipo de hogar haya perdido su preponderancia en el comienzo del siglo XXI, evolución paralela al crecimiento exponencial de los hogares compuestos por una pareja sin hijos y los unipersonales. El último número de Panorama Social, editado por Funcas y titulado ‘Retos demográficos’, expone que el número de hogares con un núcleo conyugal sin hijos ha pasado de 1,5 a 4,4 millones entre 1977 y 2015, es decir, se ha triplicado, representando en la actualidad el 25% del total frente al 17% de hace cuatro décadas. Además, los hogares unipersonales se han quintuplicado, al pasar de 700.000 a 3,8 millones, y ya suponen el 22% frente al 8% de 1977.
Según se desprende del análisis que realiza FUNCAS, el cambio que han experimentado los hogares españoles en las últimas décadas es notorio: en la España actual, cuatro de cada diez hogares son de pareja con hijos; una cuarta parte, de pareja sin hijos, y otra cuarta parte, unipersonales; el resto están compuestos fundamentalmente por hogares de núcleo monoparental (cuenta con solo uno de los padres) y un pequeño grupo se halla formado por hogares habitados por personas sin relación familiar entre ellas.
Los autores que participan en el informe editado por FUNCAS, muestran que, “más que ante una crisis demográfica, estamos ante un cambio demográfico. Las poblaciones longevas, la baja fecundidad, las estructuras envejecidas, el fin del crecimiento demográfico y una nueva fase de movilidad han venido para quedarse”.