Excepto en periodos de guerra, hambrunas o infecciones, la esperanza de vida lleva décadas aumentando, con variaciones de ritmo y diferencias entre países. Realizar proyecciones de esperanza de vida, así como de mortalidad, es necesario a la hora de diseñar políticas sanitarias, económicas y sociales –incluyendo las pensiones–, que tengan en cuenta la proporción al alza de gente mayor.
Con esta perspectiva, el estudio publicado por la revista británica The Lancet, realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Imperial College London y las universidades de Northumbria y Washington; bajo el título “Future life expectancy in 35 industrialised countries” –“Esperanza de vida futura en 35 países industrializados”–, ha analizado países de todo el mundo, resultando en figuras que representan las proyecciones de la esperanza de vida para cada país analizado.
Las mujeres españolas, las cuartas con la esperanza de vida más alta en 2030
Según las figuras publicadas, en 2030 España tendrá una esperanza de vida que será de 88,07 años para las mujeres (la cuarta más alta) y de 83,47 para los hombres (en séptima posición); mientras que en 2010 fue de 84,83 y 78,66, respectivamente.
A la cabeza de la esperanza de vida para ambos géneros se encuentra Corea del Sur, con una esperanza de vida de 90,8 años para las mujeres y 84,1 para los hombres. En el caso de las mujeres, le sigue Francia, donde se espera que vivan 88,6 años, y Japón, con 88,4 años. En cuanto a los hombres, después de Corea del Sur, donde más vivirán será en Australia y Suiza, llegando a los 84 años.
Los estados que menos amplían su esperanza de vida para las mujeres son Macedonia, Bulgaria, Japón y EEUU; para los hombres, Macedonia, Suecia y EEUU. El equipo de investigación destaca el caso de EEUU, que entre 2010 y 2030 verá pocos avances (de 81,2 a 83,3 en mujeres y 76,5 a 79,5 en los hombres), que afirman que se explican por las desigualdades sociales y la ausencia de un sistema público y universal de salud.
Esperanza de vida al nacer (2030)
Fuente: The Lancet
Este estudio y el dato que revela son, sin duda, una gran noticia para todos, porque es una aspiración intrínseca al ser humano, vivir más y, sobre todo, mejor. Sin embargo, esta gran noticia tiene una vertiente que obliga a reflexionar acerca de si los sistemas públicos de pensiones están preparados para afrontar un desafío que es inminente. Vivir más implica que los estados tendrán que estar financiando las pensiones de sus ciudadanos durante más tiempo y en mayor número que en la actualidad, con la repercusión que sobre la sostenibilidad de los actuales modelos plantea.
En España, es un debate que cada vez está más vivo y que, desde el Instituto Santalucía, estamos recogiendo con todo detalle a raíz de las comparecencias que se están produciendo en el marco de la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo. Los estudios propios que desarrollamos y los análisis de organismos internacionales, coinciden todos ellos en la necesidad de afrontar reformas del actual sistema para, entre otras cuestiones, abordar y prevenir las consecuencias que va a tener sobre las pensiones públicas una población cada vez más longeva.
Puedes acceder a la publicación completa de The Lancet aquí.
