Robert Meneu Gaya es profesor de Matemáticas para la Economía y la Empresa de la Universidad de Valencia y uno de los autores del primer estudio sobre cuentas nocionales en España, desarrollado por el Instituto santalucía. Hablamos con él para que nos explique el impacto de este modelo de pensiones basado en un sistema reparto que ya siguen países como Suecia o Italia y que aparece como una de las opciones en el horizonte ante una eventual reforma del sistema de pensiones español, fruto de las conclusiones de la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo.
Posible y conveniente
A juicio de Robert Meneu, “implantar un sistema de cuentas individuales es perfectamente posible, la transición no tendría un coste excesivo y, además de ser posible, es conveniente”.
Argumenta a favor del sistema de cuentas nocionales que “es un sistema más equitativo, desde el punto de vista de que las cotizaciones realizadas se trasladan totalmente a la pensión inicial que se va a percibir”. Sin embargo, señala también un inconveniente: “habría posiblemente un inconveniente en cuanto a la suficiencia de las pensiones. En caso de que bajaran, podría haber más necesidad de realizar complemento a mínimos y, por tanto, una parte de los impuestos que todos pagamos debería destinarse a ese complemento a mínimos que tendría que reforzarse”.
Transición del modelo actual al sistema de cuentas nocionales
Preguntado por el impacto de las cuentas nocionales en la Seguridad Social y sobre cómo sería la transición desde el modelo actual, Meneu subraya que “tendría un efecto económico sobre la pensión inicial de aproximadamente una bajada del 15%, eso manteniendo el resto de variables igual que hasta ahora”.
No obstante, aclara también que tanto las decisiones políticas como las personales podrían compensar esa bajada. “Podría haber perfectamente una decisión política de aumentar el tipo de cotización o desviar una parte de la cotización que va a otras prestaciones. También podría haber decisiones individuales de aumentar el esfuerzo contributivo o jubilarse más tarde, que compensaran esta previsible bajada del importe de la pensión inicial”.
Este experto subraya también que la transición “no tendría por qué suponer un coste para ninguna generación, ya que se trata de pasar de un sistema de reparto a otro que también es de reparto. Por tanto, no hay que realizar una doble cotización, como sí que ocurriría en el caso de pasar a un sistema de capitalización”.
Llegado a este punto, la pregunta que podemos hacernos parece resultar obvia, si ambos sistemas son de reparto, ¿cuál es la diferencia entre uno y otro? “La única diferencia estaría en el momento de calcular la primera pensión. La diferencia prevista se podría, no obstante, graduar en el tiempo; por ejemplo, estableciendo dos edades de corte. A partir de cierta edad se seguiría aplicando el sistema actual; por debajo de otra cierta edad se aplicaría ya el sistema de cuentas nocionales y, en un intervalo de edades intermedio, la pensión inicial podría ser una combinación del sistema actual y el de cuentas individuales nocionales”.