María Romero, consultora en Analistas Financieros Internacionales (AFI), hace un recorrido por la que será una de las grandes contingencias del siglo XXI. La experta aconseja en este artículo mayor concienciación, fomentar la cultura del ahorro previsional e impulsar la contratación de productos del sector asegurador para hacer frente a la dependencia.
Con la creciente longevidad de la población española, la dependencia está llamada a convertirse en una de las grandes contingencias del siglo XXI, ya que es previsible que el número de personas potencialmente afectadas crezca de manera significativa en los próximos años.
Debido a la insuficiencia financiera del sector público para costear los cuidados de larga duración que supone la dependencia, el sistema se orienta cada vez más hacia un esquema mixto, basado en la colaboración entre el sector público y el privado, lo que supone una delegación en el usuario de parte de la responsabilidad de financiar sus cuidados de larga duración. Es por ello que existe una creciente necesidad de dar a conocer, familiarizarse e invitar a planificar financieramente esta contingencia con los productos (financieros y actuariales) y servicios que están a disposición del usuario en el mercado.
El Instituto Santalucía presenta este estudio con el objetivo de dar a conocer la probabilidad y las implicaciones económicas de la dependencia, ya que la planificación financiera requiere un conocimiento previo de los determinantes de este suceso y los costes económicos que acarrea. Igualmente, este estudio realiza un ejercicio de divulgación de los productos y servicios que ofrece el mercado asegurador en estos momentos.
¿Qué es la dependencia?
La dependencia es una contingencia a la que todas las personas, con una u otra probabilidad, tendrán que hacer frente en la última fase de su ciclo vital. Sufrir dependencia implica la imposibilidad de realizar las denominadas Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD), entre las que se encuentran el autocuidado personal, las actividades domésticas básicas (como alimentarse) y la movilidad esencial, entre otras.
Con datos a cierre de 2018, la mayor parte de la población que sufre dependencia está clasificada como Grado II (dependencia severa), lo que implica que hay más de medio millón de personas en esta situación que son beneficiarios de prestaciones o servicios públicos.
El Grado III (el más severo de todos, ya que requiere la asistencia permanente de una tercera persona para realizar casi todas las Actividades Básicas de la Vida Diaria) aglutina en torno a 390.000 personas.
¿Qué probabilidad hay de sufrir dependencia de Grado III?
El estudio del Instituto Santalucía explora las variables que afectan a la probabilidad de sufrir dependencia de Grado III, que son principalmente la edad, pero también el sexo, la Comunidad Autónoma de residencia, y el nivel de estudios.
- Así, una persona con 55 años de edad apenas tiene una probabilidad del 1% de sufrir dependencia, mientras que a los 90 años el riesgo se incrementa hasta el 14%.
- De considerarse una persona de 80 años, la probabilidad de ser dependiente de Grado III es del 6% si se trata de una mujer y del 3,9% si fuese un hombre. Esta brecha de género es creciente con la edad, lo que implica que el colectivo más vulnerable son las mujeres de avanzada edad.
- También existen importantes diferencias entre Comunidades Autónomas: una persona de 90 años de edad tiene una probabilidad de sufrir dependencia del 25,3% si reside en la Región de Murcia y del 8,9% si se tratase de un habitante de la Comunidad de Madrid.
- Finalmente, se ha observado que el nivel educativo, variable que suele reflejar el estilo de vida, también es determinante de la dependencia de Grado III, ya que el riesgo de dependencia disminuye a medida que aumenta el nivel educativo completado por el ciudadano.
Dependencia en el año 2030
Además, al observarse las proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística hasta 2030, se advierte que las cohortes de edad más avanzada son las que aumentarán en mayor proporción. De acuerdo a las estimaciones realizadas en el estudio, en el año 2030 habrá más de medio millón de personas dependientes de Grado III mayores de 65 años en España, lo que supondría un incremento de 130.000 personas respecto a las registradas en 2018.
El colectivo que se verá más perjudicado en este aspecto será el de las mujeres, que seguirán representando el 70% del total de los dependientes de Grado III. Por regiones, las Islas Canarias, las Baleares y la Comunidad de Madrid son las que experimentarán un mayor crecimiento, incrementando su peso relativo sobre la media nacional, mientras que La Rioja, Cantabria y Extremadura sufrirán el menor crecimiento en los próximos años.
Los costes de sufrir dependencia de Grado III
En lo que respecta al coste económico de la dependencia de Grado III, el estudio lo estima en torno a los 20.000 euros anuales, en línea con los resultados obtenidos por otros estudios de referencia en la materia. Este coste representa 1,6 veces el importe medio de la pensión pública por jubilación entre los 80 y 84 años, aumentando hasta las 1,8 veces para la población mayor de 85 años. De nuevo, el déficit de financiación de los cuidados de larga duración afecta en mayor proporción a las mujeres, como consecuencia de sus menores importes medios de pensiones contributivas por jubilación, lo que implica que la ratio del coste sobre la pensión se sitúe en 2,4 veces entre las mujeres de más de 85 años (1,4 en el caso de los hombres de la misma cohorte etaria).
¿Cuál es el papel del sector asegurador en la dependencia?
Como consecuencia, el papel de la industria aseguradora será cada vez más relevante, en tanto el coste económico de la dependencia no puede ser costeado única y exclusivamente con las rentas procedentes de la pensión pública por jubilación. Para poder seguir avanzando hacia una sociedad más asegurada y protegida ante el riesgo de sufrir dependencia, sería recomendable que se pusiesen en marcha medidas, como, por ejemplo:
- Favorecer la alfabetización financiera entre la población.
- Fomentar la cultura del ahorro previsional a largo plazo.
- Impulsar los planes de pensiones promovidos por empresas a favor de sus empleados.
- Garantizar la profesionalización, estandarización y accesibilidad de los servicios de cuidados de larga duración.
- Impulsar la I+D del sector asegurador en la oferta de productos previsionales avanzados para afrontar las necesidades de la población en esta materia.
Puede descargarse el informe completo de la Dependencia en España. Una contingencia del siglo XXI.