En este post vamos a mostrarte qué es la inversión de impacto, en qué beneficia a la sociedad en conjunto y cuál es la diferencia con otras inversiones sostenibles como las que aplican criterios ESG.
¿Qué es la inversión de impacto?
Se trata de un tipo de inversión orientada a generar un impacto ambiental, social y financiero, es decir, que genere un efecto positivo para la sociedad en conjunto y, en última instancia, para el planeta de manera global. Son inversiones que realizan compañías, organizaciones, entidades financieras e, incluso, individuos en proyectos sostenibles en el tiempo, como podría ser la canalización de agua, la gestión de residuos o la instalación de un centro educativo.
No se trata de inversiones en proyectos solidarios a fondo perdido, sino que se pretende conseguir un retorno del capital. En otras palabras, no hay impacto si no hay inversión.
Naciones Unidas define la inversión de impacto como “la colocación de capital en empresas sociales y otras estructuras con la intención de crear beneficios sociales y medioambientales más allá del rendimiento financiero”.
Qué características debe tener
Toda inversión de este tipo tiene que contar con unos objetivos:
- La empresa debe creer firmemente en generar un impacto social con el dinero invertido.
- Expectativas de rentabilidad. Como cualquier otra empresa, es fundamental que tenga la convicción de crear un flujo de caja que garantice la supervivencia y el crecimiento del proyecto.
- Medición del impacto. Es imperativo que haya un estudio en el que se pueda medir e informar de los distintos trabajos que se han llevado a cabo para que se considere el proyecto como una inversión de impacto. Esta rendición de cuentas periódica, junto con unos datos transparentes y auditados de modo independiente, son factores determinantes para conocer la verdadera viabilidad del proyecto.
Auge de las empresas socialmente responsables
La conciencia social sobre el futuro del planeta ha tenido un importante crecimiento en los últimos años. El calentamiento global, la igualdad entre hombres y mujeres o los problemas de suministro de recursos naturales, hambrunas en el mundo son preocupaciones reales. Esto hace que cada vez más empresas se sumen a la tendencia para generar un impacto positivo en alguno de los problemas sociales. Esta intencionalidad también es la que motiva a los inversores a apostar por este tipo de proyectos que dan lugar a la sostenibilidad financiera.
La Comisión Europea ha sacado a la luz una interesante información. Actualmente, un 25% de las empresas creadas en Europa cumplen con los criterios de las inversiones socialmente responsables. La cifra es aún más alta en lugares como Finlandia o Bélgica, donde se alcanza un tercio del total.
Cuál es la diferencia con una inversión ASG o, en sus siglas en inglés, ESG
A primera vista, ambas inversiones pueden tener una cierta similitud y eso hace que se puedan confundir. Sin embargo, las inversiones ASG (Ambiental, Social y Governanza) o inversiones ESG hacen referencia a la aplicación de medidas y/o principios sostenibles dentro de las empresas.
Los criterios que sigue este tipo de inversión son los empleados para formar su acrónimo:
- Ambiental. Este criterio se refiere al impacto que tiene en el medioambiente la actividad empresarial.
- Social. ¿Se respetan los derechos humanos o la igualdad de género? Cualquier hecho social relevante es tenido en cuenta.
- Governanza. De buen gobierno. En esta inversión, se analiza la transparencia de la empresa, su forma de ofrecer la información y a todos los miembros de la Junta directiva.
En función de estos aspectos, dentro de los mercados financieros los inversores guían sus inversiones para rentabilizar su ahorro invirtiendo en este tipo de empresas lo que, en última instancia, contribuye a mejorar la sostenibilidad del planeta en su más amplio sentido.
Como has podido observar, en las inversiones ASG no es necesario que la intencionalidad de crear un impacto esté presente. Es suficiente con que exista, aunque sea de forma secundaria. Lo verdaderamente importante en este caso es que la actividad sea sostenible y contribuya a la sostenibilidad exterior.
