Hoy en día existen numerosos productos de ahorro que nos ayudan obtener un complemento a nuestra pensión de jubilación. Sin embargo, es frecuente no distinguir correctamente las características de unos y otros. Puede ser el caso de los planes de pensiones y los planes de jubilación. Ambos tienen el mismo objetivo, sin embargo, son vehículos de ahorro distintos. A continuación, te contamos las diferencias:
Los planes de pensiones
Lo primero que debemos saber es que un plan de pensiones es un producto financiero. Este tipo de vehículos de ahorro tiene la ventaja de que puede generar más beneficios que un plan de jubilación. Sin embargo, su rentabilidad está sujeta a la fluctuación de los mercados. Existen planes de diferente naturaleza, algunos más conservadores y otros más arriesgados. A más riesgo, más rentabilidad, o lo que es lo mismo más potenciales beneficios (o pérdidas).
A la hora de rescatar el capital invertido en el plan, se pagan impuestos por la totalidad del dinero recuperado. Los ahorros rescatados tributarán como rendimientos de trabajo. Pero mientras ahorramos y destinamos capital a nuestro plan de pensiones, debemos tener en cuenta que tienen la ventaja de que nos ayudan a reducir nuestra base imponible del IRPF hasta 8.000 euros cada año, siempre y cuando el dinero permanezca en dicho vehículo de ahorro.
En resumen, nos ayudan a ahorrar mientras invertimos dinero en el plan, pero pagamos impuestos a la hora de rescatar el dinero. Para rescatar un plan de pensiones, tendremos que cumplir su finalidad que es estar jubilado, aunque se tienen en cuenta ciertas excepciones para cobrarlo antes de tiempo: por enfermedad grave o por desempleo. Además, si el plan de pensiones se abrió en fechas posteriores a 2015, dicho producto de ahorro se podrá rescatar transcurridos 10 años.
Los planes de jubilación
Este producto es un seguro orientado al ahorro. A diferencia de los planes de pensiones, el contratante puede recuperar su dinero cuando quiera, siempre que cumpla con las condiciones que pactó en el inicio con la aseguradora en función del tipo de plan de jubilación contratado. En este caso y a diferencia de los planes de pensiones, los planes de jubilación no cuentan con la ventaja fiscal que reduce la base imponible del IRPF del asegurado. Eso sí, solo se pagarán impuestos por los beneficios que el plan de jubilación genere, no de la totalidad del dinero rescatado.
Finalmente, y a nivel de rentabilidad, estos productos de ahorro normalmente generan unos beneficios inferiores, pero es porque el riesgo que asumen es menor.