En el plano financiero, el ciclo vital de los individuos, presenta una extraordinaria variedad de circunstancias, alternativas y sucesos de toda clase. Sin embargo, hay una serie de experiencias vitales comunes a la mayoría de los individuos y los hogares que éstos forman, que pueden afectar a la posición financiera de los mismos, y que, por tanto, deberán ser consideradas dentro del proceso de planificación financiera con el objeto de anticipar eventos futuros de relevancia para la salud económica de la unidad familiar y orientar la capacidad económica del hogar hacia la seguridad financiera y la consecución de los grandes objetivos económicos vitales de las personas que lo forman. Por ello es fundamental tener una educación financiera básica.
La planificación financiera es, por lo tanto, una herramienta fundamental en la vida económica de las personas, quienes, de una u otra manera, deben realizarla con más frecuencia de lo que creen, aunque muchas veces no sean conscientes de ello.
Un punto de inflexión en el ciclo vital de los individuos es una de esas experiencias vitales más importantes de cualquier individuo: el paso de la vida laboral activa a la jubilación. Para muchos es el paso más relevante en el plano económico, pues supone un cambio muy importante en el proceso de acumulación de ahorro de una familia que, hasta entonces, habrá seguido una trayectoria económica también muy pautada desde la propia constitución del hogar.
En el ciclo vital ordinario se distinguen varios hitos vitales significativos en el plano económico a lo largo de los cuales la posición financiera neta del individuo o el hogar se ve afectada por los procesos de generación de rentas, acumulación de patrimonio, mediante el ahorro en cada año, o su liquidación progresiva para complementar las pensiones públicas. No es necesario entrar en muchos más detalles sobre la variadísima casuística que puede darse a lo largo del ciclo vital, con consecuencias económicas más o menos relevantes, para darse cuenta de que el patrón típico, excluido el período de crecimiento y formativo, se inicia con los primeros ingresos y unas necesidades de financiación que pueden estar motivadas por la finalización de estudios superiores o la adquisición de la primera vivienda tras la emancipación y la formación del propio hogar.
Los ingresos pueden ir creciendo con el desarrollo de las carreras laborales, pero durante muchos años, la posición financiera del hogar será deudora (deficitaria), hasta que la acumulación de ahorro compense la deuda hipotecaria que irá también disminuyendo a medida que se amortiza el principal de dicha deuda. Años antes de la jubilación de su o sus mantenedores, la familia alcanzará una posición financiera acreedora (superavitaria) que, presumiblemente, facilitará ingresos adicionales a las pensiones cuando el paso a la jubilación implique el cese de las rentas laborales o profesionales de dichas personas de referencia.
Idealmente, dejando aparte las aspiraciones a legar una herencia a los descendientes, el ciclo vital debería poder cerrarse, financieramente hablando, con una posición equilibrada, ni deficitaria y superavitaria, habiendo podido solventar, a lo largo del mismo, los problemas de financiación, acumulación, conservación y consumo del capital que conlleva toda la trayectoria vital, en un marco de seguridad económica y eficiencia financiera frente a los grandes gastos de un hogar representativo y las contingencias que pueden presentarse en el tiempo.
Para poder lograr este escenario ideal, la planificación financiera es una herramienta fundamental, si bien requiere un cierto conocimiento técnico y, especialmente, una plena consciencia de que ello es posible para cualquier persona, así como el concurso de profesionales especializados, honestos y eficientes cuyo consejo beneficie a los usuarios por encima del coste del mismo, que deberá ser competitivo.
La cobertura pública para la jubilación en España llega a todos los trabajadores por cuenta propia o ajena, bajo el sistema de pensiones contributivas de la Seguridad Social (en adelante SS) o a través del sistema de Clases Pasivas para los funcionarios de una serie de cuerpos de la Administración. Pero, de manera complementaria, millones de personas ahorran para su jubilación a través de una serie de productos ofrecidos por las empresas, entidades financieras y compañías de seguros.