Según la última reforma de las pensiones, algunos de los requisitos para acceder a la jubilación han cambiado. Por esta razón, desde el Instituto Santalucía hemos querido repasar cuáles han sido los principales cambios implementados.
Los cambios que ha sufrido el sistema público de pensiones español en los últimos años son los siguientes:
1. Retraso en la edad de jubilación
2. Aumento del periodo de cómputo
3. Aumento del número de años cotizados
4. Jubilación anticipada y parcial
5. El Índice de Revalorización de las Pensiones
6. El factor de sostenibilidad y su entrada en vigor
1. Retraso en la edad legal de jubilación
La edad legal de jubilación ha pasado de 65 a 67 años. La reforma de 2011 establece el paso a los 67 años de forma gradual en el periodo 2013-2027.
2. Aumento del periodo de cómputo
Se ha implementado un aumento del número de años incluidos en el cálculo de la base reguladora que sirve para obtener la pensión de jubilación (periodo de cómputo), pasando de 15 a 25 años en el periodo 2013-2022. Este periodo es el inmediatamente anterior al momento de la jubilación. Si se ha trabajado un menor número de años (es decir, si existen lagunas de cotización), el régimen de cotización determinará si se completa o no la base reguladora.
3. Aumento del número de años cotizados
Aumento progresivo del número de años cotizados necesarios para alcanzar el 100% de la base reguladora, al mismo ritmo y cuantía que aumenta la edad de jubilación, pasando de 35 a 37 años.
4. Jubilación anticipada y parcial
Endurecimiento en los requisitos de acceso a las modalidades de jubilación anticipada y parcial.
5. El Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP)
Cambio en el cálculo de actualización anual de las pensiones públicas, ligándose al Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) y no a la inflación.
El Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) es una fórmula cuyo resultado será un factor para la revisión anual de las pensiones. Las pensiones dejaron de ligarse a la inflación en 2013, siendo 2014 el año en el que se aplicó este Índice de Revalorización de las Pensiones por primera vez. Este índice será mayor y, por lo tanto, las pensiones por jubilación se incrementarán, cuando crezcan los ingresos o el saldo presupuestario de la Seguridad Social o se reduzca el número de pensiones o la pensión media del sistema, y viceversa. El IRP no podrá ser menor del 0,25% ni mayor de la inflación (IPC) + 0,5%.
El Índice de Revalorización de las Pensiones no puede bajar la pensión, ya que se sitúa, como mínimo, en el 0,25%. No obstante, siempre que la revalorización determinada por el Índice de Revalorización de las Pensiones de cada año sea inferior a la inflación, la pensión perderá poder adquisitivo.
6. El factor de sostenibilidad (FS) y su entrada en vigor
El factor de sostenibilidad se basa en la evolución de la esperanza de vida a partir de 2019 y se ha creado como herramienta para repartir de una forma más eficiente la pensión vitalicia causada en la Seguridad Social con motivo de la jubilación ante incrementos de la esperanza de vida.
Es un índice que arranca de 1 el año de referencia y va creciendo a medida que lo hace la esperanza de vida y se revisará cada cinco años. El primer año de aplicación será el año 2019. Por tanto, no se encuentra en vigor en la fecha de publicación de la presente guía.
Es importante saber que el factor de sostenibilidad puede disminuir la pensión. Aunque el total percibido durante toda la jubilación sería el mismo, la pensión percibida en cada paga sería menor en un contexto de creciente esperanza de vida. Esta disminución, sin embargo, se experimentaría una sola vez, en el momento de causarse la primera pensión.
La introducción del factor de sostenibilidad en el cálculo de nuestra pensión implica ligar la esperanza de vida con la cuantía de la pensión en el momento de acceder a la jubilación. Esto supone que, a medida que aumente la esperanza de vida de la población, la cuantía mensual de la primera pensión causada por las sucesivas cohortes de trabajadores irá disminuyendo poco a poco de forma proporcional al aumento de la esperanza de vida. Esto no significa necesariamente que la cantidad total disminuya sino que se va a disfrutar durante más tiempo, por lo que la pensión mensual se reduce.