Juan Carlos Alcaide, profesor de la escuela de negocios y marketing ESIC y CEO y fundador de The Silver Economy Company, nos explica en qué consiste la silver economy.
Os compartimos la trascripción de la entrevista realizada en este podcast.
¿Qué significa el concepto de silver economy?
La silver economy es la actividad específica orientada a atender las necesidades y motivaciones de las personas mayores, así como de sus familiares como consecuencia de tener personas muy mayores en su seno. Básicamente, la silver economy se dedica a atender las nuevas demandas de los nichos que surgen como consecuencia de la evolución de la esperanza de vida, que afortunadamente crece cada año, incluso en tiempos de pandemia, y la reducción de la natalidad.
La economía plateada es un concepto que surge en Japón, país que tiene un mayor envejecimiento en todo el mundo, seguido de nuestro país. Va a suponer una revolución, una transformación muy radical de toda la economía, pues incluye todas las actividades económicas que afectan a los productos y a los servicios, en general, y de todos los sectores de actividad. Hay un fenómeno que es la adaptación de la oferta a la demanda y, efectivamente, tenemos una demanda envejecida de personas que, en términos generales, tiene más tiempo libre y capacidad de compra, que, sobre todo, tiene también otra forma de afrontar la vida buscando una mayor socialización, una mayor diversión, etcétera. Con algunos matices, por supuesto, porque la pandemia está generando que muchas personas de más de 50 años estén perdiendo su empleo y tengan que reinventarse y, por lo tanto, estos aspectos generales que estamos hablando de mayor capacidad de compra no son universales completamente.
¿Cuáles son los retos a los que nos enfrentamos?
Efectivamente nos enfrentamos a varios retos sociales. En primer lugar, yo destacaría el reto sanitario. El reto de la cronicidad dentro de lo que es el mundo de la salud va a ser, sin duda alguna, un desafío para la sociedad, para los gobiernos, para las empresas públicas y para las empresas privadas.
El reto de las pensiones, que va a suponer una transformación de la oferta de productos y servicios por parte del sector financiero con propuestas en torno a la renta vitalicia, a la hipoteca inversa, en una propiedad…
El tercer reto es el de los cuidados. Vamos a una sociedad en la cual la economía va a demandar un montón de modelos de negocio en torno a los cuidados a las personas mayores.
Un cuarto reto es lo que podríamos denominar el reto habitacional. Estamos viendo cómo en el debate social está muy presente el análisis de si las residencias de mayores son exactamente lo que la sociedad está demandando en estos momentos. Está en revisión el modelo de las residencias y creo que van a surgir nuevos modelos de negocio en torno a la transformación de las actuales residencias y a la creación de nuevos modelos de oferta en torno a alojamiento y a formas de vida para las personas mayores.
El quinto reto es lo que yo denominaría el reto de la de la silverización de la economía en general. Es en sí mismo un reto que las empresas de todos los sectores de actividad adapten sus productos a las personas mayores para que sean utilizables, para que sean sencillos y fáciles de utilizar, y sacarles todo el partido por personas que, en ocasiones, han perdido el ciento por ciento de sus capacidades cognitivas, motoras, etcétera.
Además de este colectivo, ¿hay otros que también se ven afectados?
Lo primero que habría que señalar es que no hay un colectivo sénior, no hay un único mercado silver. Realmente es un rasgo que caracteriza a muchas personas, la edad. Tener más de 50 o más de 55 años. Si pensamos en una familia donde los hijos tienen 50 o 50 y pocos años, y los padres tienen 80 y pico, es verdaderamente disparatado decir que el colectivo silver exista, porque estaríamos metiendo en el mismo saco a los padres octogenarios y los hijos en la cincuentena. Por lo tanto, esto en realidad no es así. Son muchos los colectivos dentro del mercado de la silver economy. Hay silver rural, urbana, de clase media, de clase alta, etcétera. En definitiva, no debemos hacer simplificaciones.
Sí creo relevante señalar que hay algunos colectivos especialmente destacables dentro de la de la silver economy y que en mi opinión son tres. En primer lugar, las mujeres. La silver economy es femenina y esto es así porque las mujeres tienen una esperanza de vida que roza los 87 años, más de 5 años de esperanza de vida superior a la de los varones, y esto da un carácter a la silver economy que es un carácter predominantemente femenino. Adicionalmente, por razones culturales, del machismo antropológico que tenemos en nuestra sociedad, el cuidado de nuestros mayores está fundamentalmente en manos de las mujeres.
Hay un segundo colectivo que podríamos denominar la mujer sándwich, son mujeres de 40 y muchos años que se encargan de los mayores de la familia, de sus padres, a veces de sus suegros. Podríamos hablar en realidad de la generación sándwich porque también, evidentemente, hay varones que se encargan de estos cometidos de los cuidados y de la responsabilidad de atender a los a los más mayores y sería un colectivo pues a tener muy en cuenta en términos de sus demandas, de sus necesidades y motivaciones.
Creo que hay un tercer colectivo bien interesante que es lo que la socióloga Ángeles Durán denomina el cuidatoriado y es el colectivo de los cuidadores, porque es un colectivo que realmente nos es imprescindible para sacar adelante a nuestras personas mayores.
¿Existen datos de cuánto negocio supone el consumo de productos y servicios de la tercera y cuarta edad?
Efectivamente proliferan datos que, como consecuencia de la pandemia, son moderadamente cambiantes, pero es muy llamativo que, según la Unión Europea, se espera que en el año 2025 haya 5,7 billones de euros en la silver economy. Se calcula, según algunos estudiosos, que en torno al 40% del empleo que se va a crear en los próximos años tendrá que ver con los cuidados y con la atención a las personas mayores.
En Estados Unidos, se estima ya que el 40% del consumo lo realizan los mayores de 65 años y esto les convierten en un elemento absolutamente relevante en la actividad económica, por no decir que quizás sea el motor realmente más importante de la economía de los servicios en las economías occidentales.
He sabido que, por ejemplo, en Europa las personas entre 50 y 75 años tienen un 12% de capacidad adquisitiva superior al resto de los colectivos. Esto lo hace muy interesante porque son personas que tienen más tiempo libre, ganas de vivir y de beberse la vida a sorbos y tienen más capacidad de compra, aunque como decía anteriormente la crisis económica ocasionada por el coronavirus está generando la reubicación en el mundo del empleo de muchas personas en su cincuentena y esto pues va a tener un efecto también que ahora mismo somos incapaces de calibrar en su justa medida, pero no cabe duda que la silver economy es fundamental en términos cuantitativos. En términos de producto interior bruto, representa ya el 25% del PIB en Europa y, probablemente, llegue al 40% en el 2030. La silver economy va a ser el tractor de los felices años 20 que algunos dicen que vendrán cuando superemos la actual crisis de la pandemia del Covid.
¿Cuáles son los sectores más beneficiados?
Realmente la silver economy afecta a todos los sectores de actividad, pero no cabe duda de que probablemente del sector que se va a ver más impactado es el sector de la de la salud. Los grupos hospitalarios en todo el mundo de lucha de prevención y de tratar de revertir el envejecimiento por fuera a través de tratamientos cosméticos, pero también por dentro, a través de nuevas terapias, como la telomerasa, y terapias génicas. También tengamos en cuenta la cronicidad, se van a cronificar algunas enfermedades asociadas a al envejecimiento y a la longevidad y hay que tratarlas efectivamente.
Una revolución en ciernes es la telesalud todo lo que tiene que ver con la monitorización de las personas mayores a través de sistemas de videollamada. El sector de los cuidados, todo lo que tiene que ver con teleasistencia y elementos para detectar cuándo una persona tiene una crisis y necesita atención en su casa. Tengamos en cuenta que va a haber una grandísima cantidad de personas que van a vivir solas en su hogar y a edades avanzadas. Esto va a significar una revolución en el mundo de los cuidados a domicilio y en el mundo de los de los cuidados en general. La vivienda, va a haber reformas domiciliarias, pero va a haber ofertas de servicios para capitalizar la vivienda y, por lo tanto, poder complementar las pensiones. El ocio y el turismo volverán con mucha fuerza después de que logremos superar la pandemia y van a ser sectores absolutamente revolucionados como consecuencia del envejecimiento.
Me gusta hablar del concepto de silverización. Este concepto implica que desde los envases que utilizamos para los productos alimentarios, hasta el mundo de la moda, de la usabilidad y la comodidad del confort de la ropa, el confort de los automóviles, de las tecnologías, el concepto friendly para hoteles, pero también para las ciudades…, ser amigables a las personas mayores lo va a revolucionar absolutamente todo. Por lo tanto, la silver economy es transverlsal y afecta absolutamente a todos los sectores económicos.
¿Podrías darnos ejemplos de productos y servicios que se tienen que adaptar o que hay que inventar?
Las ciudades en sí mismas tienen que ser más habitables, más accesibles, más cómodas y confortables para personas mayores que a veces tendrán que desplazarse con equipos de ayuda a la movilidad etcétera. Por lo tanto, desde las ciudades hasta las viviendas que tendrán para ellas escaleras y ascensores por supuesto hasta todo tipo de productos tendrán que ser adaptados a las personas.
Como conclusión, la silver economy es la revolución de la economía para los años 20 del siglo XXI y nadie está exento de tener en consideración estos colectivos mayores de 50 tan relevantes en la economía y en la capacidad de gasto.