Pensiómetro del primer trimestre de 2021: se modera la caída de los ingresos por cotizaciones

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En la tercera edición de El Pensiómetro, el barómetro de las pensiones del Instituto Santalucía, se analizan cerca de una veintena de indicadores sobre pensiones.

Ingresos, gastos y saldos

Entre esos indicadores analizados, los ingresos, gastos y saldo en la parte contributiva han seguido recogiendo los efectos de la crisis de la Covid-19. Los ingresos por cotizaciones siguen estando por debajo de los del año anterior, con una caída del 0,9%, más moderada que la que se registraba en junio (-19,7%) y en septiembre (-5,9%). Los gastos en pensiones contributivas, por su parte, aumentan un 2,8%. Se trata de un crecimiento moderado pues sigue por debajo del crecimiento normal de estos gastos debido al exceso de mortalidad de la COVID-19 entre los pensionistas.

Inversa de la tasa de dependencia

La inversa de la tasa de dependencia, que es el indicador demográfico de referencia, ha frenado su tendencia al descenso debido al exceso de mortalidad por la COVID-19 durante marzo y abril de 2020, que ha afectado más a la población mayor de 65 años (denominador de esta ratio). De esta manera, el dato a 1 de julio de 2020 apenas es 2 centésimas inferior al de 2019 (3,1 frente a 3,12). Todo ello dentro de una tendencia a largo plazo del envejecimiento de la población ya que en 2012 el dato era de 3,58.

Tasa de cobertura de las pensiones de jubilación

Por su parte, la tasa de cobertura de las pensiones de jubilación se mantiene bastante estable en el tiempo con una ligera tendencia descendente pese a que la incorporación de la mujer al trabajo en el último cuarto del siglo XX hiciera previsible un aumento en la cobertura, al menos en el caso de las pensiones de jubilación. La Ley 27/2011 reguló un aumento gradual en la edad ordinaria de jubilación y ello ha colaborado a mantener la tasa de cobertura.

Edad efectiva de jubilación

En cuanto a la edad efectiva de jubilación no se ha visto alterada apenas en el último año pese a haber aumentado en 2 meses la edad legal de jubilación hasta los 65 años y 10 meses en 2020. En concreto, subió de 64,48 en diciembre de 2019 a 64,62 en junio de 2020, pero bajó a 64,51 en diciembre de 2020. No obstante, sí que se observa una tendencia a su aumento a medio plazo (64,03 años en diciembre de 2012, antes de la entrada en vigor de la Ley 27/2011).

Indicador de solidaridad

El indicador de solidaridad continua su tendencia decreciente bajando por primera vez del 5% el peso de los complementos a mínimo en la nómina de pensiones. Ello es un síntoma de que los derechos por pensiones son cada vez mayores y se necesitan menos recursos para garantizar la pensión mínima.

Respecto a los indicadores de sostenibilidad van mejorado respecto a meses anteriores, pero empeoran si se comparan con el mismo mes del año anterior por el efecto de la COVID. La comparativa con 2012 es positiva, aunque en el año 2012 la economía estaba en el punto más bajo del ciclo económico tras la crisis que se inició en 2008. La tasa de afiliación ha bajado 3 puntos en el último año (dato de julio) por la crisis de la COVID, el número de afiliados por pensionista también ha bajado ligeramente, lo que demuestra que el efecto ha sido mayor sobre la afiliación por la caída de la actividad que sobre el número de pensionistas por la mayor mortalidad. Por su parte, el importe de la pensión media por € medio cotizado en el sistema se sitúa en diciembre de 2020 en 2,16. Este indicador tiene una tendencia bastante clara a aumentar independientemente del ciclo económico lo que significa insostenibilidad del sistema, siendo necesaria alguna reforma para que cotización media crezca igual o más que la pensión media (mayor productividad y salarios) y poder compensar la probable disminución del número de afiliados por pensionista por motivos demográficos.

Generosidad del sistema

La generosidad en términos absolutos, medida a través de la pensión media por pensionista, se sitúa en diciembre de 2020 en 1.122,06 euros desde los 1.096,87 del año anterior (+2,3%). Este valor tiende a aumentar de forma continua en el tiempo más que la revalorización normal de las pensiones (0,9% en 2020) debido, sobre todo, al efecto sustitución (nuevas pensiones más altas que las que causan baja).

Brecha de género

En cuanto a la brecha de género, los indicadores confirman la tendencia a su disminución. A nivel agregado, la pensión media de jubilación de mujeres se sitúa en un 66,5% de la de hombres (60% hace ocho años). La reducción de la brecha de género agregada continuará en el futuro ya que, en términos marginales, es decir, si se analizan las nuevas pensiones de jubilación, el indicador se sitúa en el 81,5%.

La reducción de la brecha salarial y de carreras de cotización entre hombres y mujeres se traslada a la pensión con algo de retraso. Este último indicador es el que se tomará de referencia para que esté en vigor el nuevo complemento para la reducción de la brecha de género aprobado en febrero de 2021, de manera que mientras sea inferior al 95% se mantendrá el derecho a su percepción.

El documento, elaborado por el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social, formado por profesores de la Universidad de Extremadura, Inmaculada Domínguez y Borja Encimas; de la Universidad Rey Juan Carlos, Miguel Ángel García; y de la Universidad de Valencia, Mar Devesa, Robert Meneu y Enrique Devesa, también hace un estudio de actualidad, en esta última edición, El Pensiómetro aborda el saldo contributivo y saldo por operaciones no financieras del sistema de Seguridad Social a partir de la ejecución presupuestaria.

Descárgate el informe completo.

Accede al Pensiómetro.

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