En el nuevo Pensiómetro, el barómetro de las pensiones de Instituto Santalucía elaborado en colaboración con el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social, integrado por Enrique Devesa (Universidad de Valencia), Mar Devesa (Universidad de Valencia), Borja Encinas (Universidad de Extremadura), Inmaculada Domínguez (Universidad de Extremadura), Miguel Ángel García (Universidad Rey Juan Carlos) y Robert Meneu (Universidad de Valencia), se realiza un análisis del saldo contributivo por CCAA para hacer una fotografía de la situación financiera de la Seguridad Social.
La evolución de este organismo público y la necesidad de garantizar su sostenibilidad es un tema recurrente desde hace décadas. Sin embargo, en los últimos años la preocupación ha ido en aumento debido a los continuos déficits del sistema y al rápido crecimiento de su deuda acumulada. Según el Banco de España, a finales del año 2022 el nivel de endeudamiento de la Seguridad Social superaba los 106.000 millones de euros, lo que representa el 7,88% del PIB, y casi cuatro veces la deuda acumulada a finales de 2017, que apenas superaba los 27.000 millones.
Financiación del sistema
Las prestaciones de la Seguridad Social española se dividen en dos modalidades, una asistencial o no contributiva y otra contributiva. Las prestaciones no contributivas se financian íntegramente mediante impuestos generales y, por tanto, no generan déficit a la Seguridad Social. En lo que se refiere a las prestaciones contributivas, su financiación debería proceder de forma casi exclusiva, como corresponde a un sistema de reparto, de las cotizaciones sociales que pagan los trabajadores (tanto la cuota de empresa como la del trabajador forma parte de la remuneración de asalariados en Contabilidad Nacional como salario diferido). Sin embargo, debido a la insuficiencia de las cuotas sociales, cada vez es mayor la parte del gasto contributivo que se está financiando mediante transferencias corrientes del Estado.
Esto está permitiendo sostener artificialmente el sistema y que el saldo por operaciones no financieras que ofrecen sus cuentas contables no refleje fielmente la salud financiera del sistema en su modalidad contributiva.
Por ello, para analizar correctamente la salud financiera de la Seguridad Social, en su parte contributiva, es necesario utilizar exclusivamente las cifras de ingresos y gastos contributivos. A partir de estos, por diferencia, se obtiene el saldo contributivo que sí permite conocer la sostenibilidad del sistema, esto es, su capacidad para generar los ingresos necesarios con los que hacer frente a sus compromisos de gastos, sin el apoyo financiero del Estado.
Una vez conocido el saldo contributivo a nivel autonómico, el objetivo será traducir ese saldo en el número de afiliados adicionales que necesitarían cada una de ellas para alcanzar el equilibrio o saldo contributivo igual a cero. Es importante señalar que con el análisis del Pensiómetro no se pretende plantear ningún tipo de ruptura del principio de caja única que es la que garantiza la solidaridad entre territorios, es decir, que las cotizaciones recaudadas en todo el territorio nacional sirven para financiar las prestaciones de todos los españoles. El objetivo es simplemente tener algo más de información sobre la situación de cada CC.AA. en el hipotético supuesto de que existieran unas cuentas regionales de la Seguridad Social.
Por otro lado, este análisis nos permitirá tener una idea aproximada de lo que sucedería en el futuro si el conjunto del país evolucionase hacia indicadores demográficos y de afiliación que actualmente se observan en algunas regiones españolas.
En definitiva, se trata de utilizar la diferente situación de cada CC.AA. como un “laboratorio” de la Seguridad Social en su conjunto.
Descárgate el informe completo donde tendrás acceso completo a esta reflexión y conocerás la evolución trimestral de 18 indicadores de pensiones.
