Análisis del contexto que alumbró el Pacto de Toledo en 1995 como un ejercicio excepcional de consenso político en torno a uno de los pilares del Estado del Bienestar: la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Su aprobación en el Congreso cristalizó un diagnóstico compartido sobre los desafíos estructurales de la Seguridad Social y abrió un espacio de diálogo que, durante años, permitió abordar ajustes relevantes sin convertir las pensiones en un arma partidista. Sin embargo, no todas las reformas han seguido este cauce y en un entorno en el que el peso electoral de los pensionistas condiciona cada vez más la agenda política, se ha distorsionado ese consenso.
Miguel Ángel García Díaz, profesor de Economía Aplicada en la URJC e investigador Fede, hace un repaso de lo que fue y lo que es actualmente el Pacto de Toledo, pasando de un mecanismo de estabilidad a un espacio donde compiten promesas poco sostenibles.











