La disminución de los nacimientos, el aumento de la esperanza de vida y la llegada al retiro de los baby-boomers desafían la sostenibilidad del sistema de pensiones en España. Así lo afirma el informe “El factor demográfico en la sostenibilidad del sistema de pensiones en España”, llevado a cabo por el Centre d’Estudis Demogràfics de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Los autores realizan un análisis del pacto solidario entre generaciones, teniendo en cuenta el Indicador de Sostenibilidad Demográfica (ISD) y posibles tendencias a corto y medio plazo, planteando una reflexión de conjunto sobre la viabilidad demográfica del sistema.
Solidaridad intergeneracional
El sistema de pensiones español se basa en la solidaridad intergeneracional: las cotizaciones generadas por los trabajadores se emplean para pagar las pensiones de las personas que tienen derecho a percibirla. Así, la sostenibilidad del sistema depende de la diferencia entre las cotizaciones y las pensiones que, a su vez, depende de factores económicos –tasa de ocupación, salarios y productividad– y demográficos –natalidad, mortalidad y migración–.
El aumento de la esperanza de vida y el estancamiento de la fecundidad disminuyen la relación entre población en edad de trabajar y jubilados, proporción que se ha visto aliviada por los baby-boomers. Sin embargo, la edad de jubilación de esta generación se acerca, “disparando las alarmas” sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones. La solidaridad intergeneracional en la que se basa nuestro sistema está en peligro, ya que la generación del baby-boom es la que más ha aportado y la que puede que se vea penalizada con pensiones más bajas.
La sostenibilidad demográfica del sistema de pensiones
La relación entre el volumen de cotizaciones y el de pensiones de jubilación, se mide mediante el Indicador de Sostenibilidad Demográfico (ISD). El sistema es sostenible cuando el ISD es igual o mayor a 1; cuando las cotizaciones generadas por la población cotizante son iguales o superiores a las pensiones demandadas por la población.
La sostenibilidad demográfica del sistema de pensiones en España, 1970 – 2070
Fuente: Centre d’Estudis Demogràfics, datos del INE
La evolución de este indicador en función de tres escenarios revela que, sin baby-boom ni inmigración internacional, el sistema tendría hoy en día tensiones aún mayores. Se afirma en este informe que España se ha beneficiado de unas condiciones demográficas muy favorables para el mantenimiento del sistema de pensiones:
“Asumiendo el perfil económico de 2012, las cotizaciones en 1970 hubieran sumado el doble de ingresos de lo que el sistema demandaba en pensiones de jubilación. Sin embargo, entre 1970 y 2000, el indicador de sostenibilidad decrece hasta el 1,2 (las cotizaciones son un 20% superiores a las pensiones). La caída del indicador se detiene y el nivel se mantiene por encima del 1,2 hasta el año 2022 gracias a la incorporación de las generaciones del baby-boom al mercado de trabajo y a la llegada de inmigración internacional”.
Ajuste del sistema de pensiones frente a la esperanza de vida
Desde el Centre d’Estudis Demogràfics de la UAB afirman que “la sostenibilidad venidera del sistema de pensiones no podrá apoyarse en la demografía (…) ajustar los periodos de cotización y jubilación en función de la esperanza de vida es una medida razonable para cuadrar cifras”. Puntualizan que ese ajuste, de basarse en la necesidad del sistema de cuadrar cuentas ante la jubilación de generaciones de menor o mayor tamaño en lugar de hacerlo sobre la esperanza de vida, desembocaría en una inequidad intergeneracional.
“Las pirámides transformadas en obeliscos han venido para quedarse”. Según este centro de investigación, es necesario adecuar los periodos de trabajo y jubilación al aumento de la esperanza de vida para que no se vea mermada la confianza depositada por la ciudadanía en el sistema de pensiones.