La Seguridad Social abonará en diciembre a los pensionistas 17.470 millones de euros por las nóminas ordinaria y extraordinaria de las pensiones más la liquidación del IRPF de las mismas. La financiación de la nómina de las pensiones proviene principalmente de la recaudación por cotizaciones del Sistema. De los más de 17.400 millones que desembolsa este mes la Seguridad Social, 7.792 millones proceden de recursos adicionales. En concreto, 3.586 M€ provienen del Fondo de Reserva –de los que ya ha dispuesto la Tesorería General de la Seguridad Social- y los 4.206 M€ restantes, del préstamo que el Estado concedió a la Seguridad Social en los Presupuestos Generales del Estado para 2017, aprobados el pasado mes de junio. Hay que recordar que la concesión de créditos de la Seguridad Social para garantizar el equilibrio presupuestario no es una novedad en este ejercicio, ya que las leyes presupuestarias entre 1994-1999 ya incluían cláusulas similares.
En el mes de diciembre –como en el de julio- la TGSS afronta un importante desembolso debido a que los beneficiarios de los más de 9,5 millones de pensiones perciben su nómina habitual más la paga extra de diciembre. A esta cifra se suma el pago del IRPF de las pensiones sujetas a este impuesto. Para mantener el equilibrio presupuestario, los Presupuestos Generales del Estado para este año, aprobados en el Parlamento, incorporan en su disposición adicional novena la concesión de un préstamo a la Seguridad Social por un total de 10.192 millones de euros, que no devenga intereses y con un plazo máximo de cancelación de 10 años, a partir de 2018.
El Fondo de Reserva de la Seguridad Social
Tras esta disposición, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social acumula a 1 de diciembre un importe de 8.095 millones de euros, que supone un 0,73% del PIB.
El Fondo de Reserva de la Seguridad Social se creó en el año 2000. Popularmente conocido como “Hucha de las Pensiones”, es un fondo de estabilización y reserva diseñado para atender necesidades de recursos en materia de prestaciones contributivas de la Seguridad Social originadas por desviaciones transitorias de origen cíclico entre los ingresos y los gastos del Sistema, así como para suavizar los efectos del proceso de envejecimiento de la población en el que estamos inmersos.
El Fondo se financia de tres formas diferentes:
- Por los excedentes de ingresos que financian las prestaciones de carácter contributivo y demás gastos necesarios para su gestión. Debemos destacar que se destinarán prioritaria y mayoritariamente, siempre que las posibilidades económicas y la situación financiera del sistema de Seguridad Social lo permitan, pero no de forma obligatoria.
- Por los excedentes derivados de la gestión por parte de las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales de la Seguridad Social de la prestación de incapacidad temporal por contingencias comunes.
- Por los rendimientos obtenidos por la propia inversión que se hace de los fondos.
No confundir “agotamiento” con “quiebra” del sistema
Sin duda, la salida de fondos de la “hucha de las pensiones” propicia una alarma social que viene amplificada en parte por eco mediático que la noticia produce. En este sentido, el Foro de Expertos del Instituto Santalucía siempre se ha manifestado de forma taxativa con relación a este tema y al tratamiento que se da de la noticia: no debería confundirse el posible agotamiento del Fondo de Reserva con la quiebra del sistema de pensiones públicas español. Como ya indicaba el Foro en su informe de julio de 2015 y como ha venido reiterando en todas sus reuniones posteriores (ver informe Foro de Expertos julio 2015), las pensiones no se pagan con el Fondo de Reserva sino con las cotizaciones corrientes, y si éstas fuesen puntualmente insuficientes en algún momento, existen mecanismos de financiación alternativos, incluyendo préstamos y aportaciones estatales, como ha sucedido en esta ocasión.
A juicio del Foro, el agotamiento del Fondo de Reserva de la Seguridad Social es un mensaje adicional de alerta con relación a la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones. La solución al problema de la pensiones es, insisten, introducir reformas que garanticen su sostenibilidad futura con independencia del ciclo económico que estemos viviendo y en atención a las tendencias demográficas que se avecinan -especialmente, debido al envejecimiento de la población fruto del aumento de la esperanza de vida-, y no que el fondo acumule más o menos reservas en un momento puntual.