En este segundo capítulo del documental “Y a mí qué el dinero” de Instituto Santalucía sobre educación financiera en los jóvenes, conocemos la visión de los catedráticos de Sociología, Mariano Fernández-Enguita, y de Economía, Ignacio Conde-Ruiz, acerca de este tema.
El equipo de rodaje se traslada de Socuéllamos a Madrid para conocer la opinión sobre la educación financiera en el sistema educativo a través de una conversación distendida y cordial entre ambos profesores de la Universidad Complutense de Madrid.
Problemas de la educación española
En un país con ocho leyes educativas en menos de cinco décadas, ¿cuáles son los grandes problemas de la educación en España? Para Fernández-Enguita, las leyes no son el gran problema, sino “son las altísimas tasas de repetición, la no titulación al final de la educación obligatoria, el abandono inmediato. Y, a largo plazo, el bajo nivel de cualificación de la bolsa de trabajo”.
El sociólogo también comenta que otro de los inconvenientes es el “alto grado de politización y de polarización que hay en la educación”, además opina que las leyes tendrán que cambiar, “es necesario que haya un marco de previsibilidad, pero tampoco vamos a hacer lo contrario y decir, bueno como cambian las leyes voy a seguir haciendo lo de siempre”.
Por otro lado, Ignacio Conde-Ruiz añade que el gran inconveniente es que no se resuelven los problemas. En su opinión, “la educación en un país debe ser lo más importante, pero observamos que no se convoca una huelga general porque haya mucho abandono y sí por las pensiones. Tener un sistema educativo que es mejorable, parece que a la gente no le importa. Creo que eso es parte del problema, que la sociedad no entiende que la educación es lo más importante para el país y para el futuro”.
¿Educación económica o financiera?
En cuanto a la economía en el ámbito educativo, a lo largo de la conversación podemos ver cómo ambos expertos coinciden en que es necesario que la ciudadanía tenga unos conocimientos básicos para poder evitar decisiones erróneas y cómo estos términos deben acercarse más a la formación económica que financiera.
“En el caso español, yo diría que hay una cierta aversión, casi alergia, a los asuntos económicos en el mundo educativo”, afirma el catedrático de Sociología, quien reconoció que “hay una preocupación creciente por el envejecimiento y la financiación de las pensiones”, por lo que “sí necesitamos más educación financiera para saber lo que hay que hacer y sobre todo lo que no hacer”, señala poniendo el acento, no obstante, en lo “dramático que es que alguien salga con 16 años del sistema educativo, incluso sin haber terminado la enseñanza obligatoria, y sin tener ni idea de economía, cuando es quién va a estar en la peor de las situaciones económicas, esa persona es la que más necesita ciertas nociones económicas”.
Por su parte, el catedrático de Economía distingue unos conocimientos económicos que ayuden al pensamiento crítico, es decir, “conceptos económicos que en muchos casos es simplemente una aplicación de las matemáticas, donde los profesores pueden explicar qué es la inflación o el interés compuesto con ejemplos reales que ayuden al estudiante a crear un pensamiento crítico”. Por esta razón, el economista considera que no es necesario explicar en las aulas cómo son los productos financieros, dónde hay que invertir o cómo tiene que ser una hipoteca, porque “al final son decisiones que se van a tomar veinte años más tarde”.
Error de cálculo
Tras esta charla y para finalizar, el sociólogo hace una reflexión acerca del error del cálculo económico de los jóvenes: “Tenemos altísimas tasas de abandono en todo el país, pero especialmente en la comunidad autónoma que durante muchos años ha sido la más rica de España: Islas Baleares”. Asegura que esto sucede porque es un lugar donde hay empleo fácil para los jóvenes. “Mientras vives en casa de tus padres, todo estupendo. Ahí está el error de cálculo, esa persona está midiendo mal, no se está dando cuenta que es un sueldo para una persona joven y no para un adulto. Además, si sale de esa manera al mercado laboral, probablemente cuando se llegue a los 40, si tiene empleo, el sueldo va a ser muy parecido a aquel con el que se fue de la escuela”.
“La educación tiene un punto de inversión. Y no quiero engañar a nadie diciéndole que la educación le va a hacer rico, lo que sí puedo asegurar es que la educación no es condición suficiente para nada, pero es cada vez más condición necesaria para todo en el empleo, porque el que sale bajo mínimos sale para siempre”, concluyó.
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