El Fondo Monetario Internacional (FMI) argumenta que, para disponer de un sistema que sea sostenible entre generaciones, hay que dejar que las pensiones solo suban un 0,25% anual, independientemente de la evolución de los precios y de la situación económica del país.
Propone además retrasar la edad de jubilación y estimular la contratación de planes de pensiones privados. Para aumentar las pensiones más del 0,25%, “debería compensarse con un paquete amplio de medidas, porque de lo contrario el impacto recaerá en las generaciones futuras”, ha resaltado durante la rueda de prensa Andrea Schaechter, jefa de la misión del FMI para España.
El FMI rechaza así que las subidas se vinculen a la inflación y promueve que sigan vinculadas al índice de revalorización. Recomienda contemplar “un paquete de medidas que incentiven una vida laboral más larga y fomenten el ahorro complementario”. Además, el FMI respalda la idea del aumento de la edad de jubilación en base al incremento de la esperanza de vida, buscando así automatizar la relación entre ambas variables.
El organismo explica que se producirán “aumentos anuales de todas las pensiones en términos nominales”. Es decir, con los repuntes del 0,25% y los mayores sueldos de hoy, los pensionistas del futuro recibirán unas prestaciones que serán cada vez mayores. Sin embargo, el organismo reconoce que las pensiones perderán parte del poder adquisitivo, puesto que crecerán menos de lo que crecerá la economía.
La sostenibilidad del sistema
Las recomendaciones del FMI son nuevos argumentos al debate abierto sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones español, actualmente uno de los centros de las preocupaciones públicas. El incremento de la preocupación de los ciudadanos por saber cómo serán las pensiones públicas del futuro llevó a que en la nueva legislatura se volviera a convocar de nuevo la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo, en la que durante los últimos meses grupos políticos con representación parlamentaria, representantes de las empresas y trabajadores, expertos en la materia y otros colectivos y organizaciones han aportado sus ideas para hacer sostenible el sistema.
El incremento de la esperanza de vida, la disminución de la natalidad, la disminución de cotizantes fruto de la crisis económica, la tardía incorporación al mercado laboral de los jóvenes, el agotamiento del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, popularmente conocida como “hucha de las pensiones”, han colocado al sistema público español ante la necesidad de acometer una reforma que haga viable su sostenibilidad.
