Este es el título del capítulo 13 de nuestro libro “Un país para mayores”, capítulo escrito por Marcos Acosta, director de Ramos Personales de Nacional Re, en el que aborda el seguro de vida en la era de la longevidad.
Los avances sociales y los descubrimientos médicos han propiciado un aumento sin igual de la esperanza de vida de los países desarrollados a lo largo de los últimos dos siglos.
Aunque en muchos países la tendencia se ha ralentizado, se puede seguir apreciando cómo este indicador sigue aumentando, propiciando un aumento importante en la población denominada sénior.
Sin embargo, a su vez, conviene mencionar otro factor clave en el análisis poblacional. Aunque la esperanza de vida siga aumentando, hay otro importante indicador que nos da una visión más completa de la futura sociedad: la esperanza de vida saludable a partir de los 65 años.
Para acercar el análisis de estos estadísticos a nuestro entorno, nos centraremos en la Comunidad Económica Europea. Aunque la evolución de la esperanza de vida es más convergente en esta región, cuando nos fijamos en la variante “saludable” se puede observar que la tendencia es más dispar en función del país y sexo.
Por otro lado, el sector asegurador se enfrenta a múltiples retos en este siglo XXI, debiendo atender a la cambiante demanda por parte de los asegurados, con nuevas formas de relacionarse con ellos y nuevas necesidades surgidas de los cambios tecnológicos y demográficos acaecidos durante las últimas décadas.
El análisis de ambos factores (población sénior y esperanza de vida saludable), nos dará una buena imagen de la situación en la que estamos, tanto en España como en los países de nuestro entorno, y la oportunidad de optimizar las utilidades del sector asegurador para responder a las necesidades de la sociedad actual y futura.
Evolución de la esperanza de vida
La esperanza de vida ha aumentado a nivel mundial durante los últimos 200 años, pudiéndose constatar una importante mejora en la segunda parte del siglo XX y comienzos del XXI.
En 2019, la esperanza de vida saludable en la Unión Europea se cifraba en 65,1 y 64,2 años para mujeres y hombres respectivamente, lo que supone un 77,5% y un 81,8% de la esperanza de vida total.
España está en la parte alta de la clasificación europea (4º puesto en ambos sexos). No obstante, de cara al análisis de necesidades de la población sénior, es importante añadir a este dato: la estimación de los años que restarían a partir de los 65 y su evolución los últimos 10 años en la zona mencionada.
Independientemente de la dispar evolución de la esperanza de vida saludable a los 65, en general la tendencia será ir hacia futuras poblaciones envejecidas y mermadas físicamente, lo que dará lugar a una gran necesidad de servicios orientados a este segmento, como la dependencia.
Respecto a los distintos sistemas nacionales diseñados para dar cobertura a esta necesidad, en el año 2010 (en plena crisis financiera), ENEPRI (European Network of Economic Policy Research Institutes) realizó un estudio comparativo de las distintas alternativas diseñadas por los países, y realizó una clasificación de su calidad.
Para este ranking, se utilizaron principalmente dos parámetros: organización y generosidad de los sistemas. El primero de los factores se compone de seis variables (test de acceso, derechos, disponibilidad de ayudas mediante pagos, elección del proveedor, aseguramiento de calidad y la integración) y el otro de dos (gasto público respecto al PIB y % coste de dependencia cubierto sobre el total).
Los datos diferenciando cuatro clusters o grupos de países con características homogéneas. España estaría en el dos, con otros estados como Italia, Finlandia o Inglaterra.
Conoce más detalles sobre los desafíos de la dependencia y los seguros de vida y de dependencia descargándote el capítulo completo descargándote gratis el libro “Un país para mayores”, también puedes escuchar el podcast con su autor en Spotify. Asimismo, puedes profundizar sobre los desafíos de la dependencia en nuestro informe “La dependencia en España. Una contingencia del siglo XXI”.
