Analizamos en un pódcast con Bárbara Rey Actis, experta en longevidad y autora de nuestro informe “Preparación emocional para la jubilación”, realizado en colaboración con SECOT, cómo abordar una etapa que puede afectar a la vida en pareja.
Un día te levantas y te vas a tu trabajo. Ocho horas después, regresas para no volver nunca más. Es decir, llegada la jubilación pasamos de estar activos laboralmente o no trabajar nada en menos de 24 horas.
Ciertamente, desde las autoridades se comienza a fomentar el retraso de la edad de jubilación con una retirada gradual y flexible de la vida laboral, algo que en Instituto Santalucía venimos defendiendo desde hace tiempo (ver informe “Jubilación flexible y compatible”. ¿Cómo prepararnos mentalmente para este momento?
¿Por qué la necesidad de un informe sobre este aspecto? ¿Es que estamos frente a un nuevo paradigma a la hora de afrontar la jubilación?
Sin duda, estamos frente a un nuevo paradigma. Hasta el momento, el mayor foco en la preparación para la jubilación, para el retiro, está puesto, sobre todo, en el aspecto financiero: ahorro o inversión. De qué vamos a vivir, cuáles van a ser nuestros gastos, pero hay muy poco foco puesto en qué va a pasar a partir del día siguiente a nuestro retiro, cuando ya no suena el reloj pronto, cuando ya no tenemos que salir para ir a nuestro puesto de trabajo, cuando deja de sonar el teléfono y cuando nos enfrentamos a una agenda vacía. Por eso, era muy importante hacer un informe que abordara esta necesidad de prepararnos, no solo financieramente, sino también emocionalmente, para que podamos disfrutar plenamente de todo nuestro periodo.
¿Vayamos el título del informe y cómo podemos abordar emocionalmente la jubilación?
Lo primero que tenemos que hacer es obvio, tomar conciencia de lo que nos va a suceder, por eso la necesidad de prepararnos para la jubilación tiene que empezar incluso varios años antes de ese momento. Tenemos que empezar a hacernos determinadas preguntas y empezar a visualizar poco a poco cómo va a ser ese día. Tenemos que hacer autoconocimiento, entender cómo está compuesto y cómo está conformado nuestro entorno más cercano: dónde vivo, con quiénes me relaciono, qué tipo de actividades me gustaría poder hacer, valorar y sopesar si me quiero jubilar, retirar del todo o si quiero hacer una jubilación parcial y flexible.
Hay estudios que dicen que hay una relación muy simbiótica entre la identidad de las personas y su trabajo. Es decir, hay muchas personas que se definen y se identifican a sí mismas solamente por su profesión y por su tipo de trabajo. Cuando le arrancas eso a la persona, eso se vive literalmente como un desgarro y esa es la necesidad de prepararse, de encontrar qué cosas podemos hacer más allá de nuestro trabajo.
¿Podrías darnos algunas pautas prácticas sobre cómo elaborar un plan de preparación emocional para la jubilación?
En el informe propone basarnos en la metodología que se llama design thinking, que proviene del mundo del emprendimiento o del mundo tecnológico. Esto es pensamiento de diseño y nos invita a ir revisando y relacionando cada uno de todos estos aspectos que estaba comentando un poco al principio. Nos invita a pensar en una primera reflexión en qué quiere decir que me voy a jubilar; en segundo lugar, tenemos que encontrar a esas personas en las que nos vamos a apoyar o acompañar con la planificación financiera, en momentos de ocio, elegir el equipo de apoyo personal; en tercer lugar, exploración de la actitud acerca de la jubilación, pues se afronta de forma general o bien con mucho optimismo o con mucho pesimismo, y hay que encontrar ese punto de equilibrio; un cuarto punto sería comenzar este proceso de transición que implica una serie de gestiones, de trámites burocráticos.
Tenemos también que ver cómo influye en nuestra relación marital. Estamos frente a las tasas de divorcio más altas de toda la historia de personas después de la jubilación. Hay gente que se replantea, incluso, con quién quiere transitar esta etapa de la jubilación.
Por supuesto, el tema financiero, de salud, aspectos legales, centros médicos… organizarnos, priorizar y empezar a explorar muchas posibilidades. Una vez que tenemos todas las posibilidades sobre la mesa, empezar a elegir para poder llegar a tener concretamente una agenda de nuestra jubilación.
El informe “Preparación emocional para la jubilación” se presentará el próximo 21 de noviembre en un encuentro virtual al que puedes inscribirte a través de este enlace.
Puedes también escuchar el pódcast completo en el que también se describen cinco tipos de orientaciones que las personas suelen adoptar al jubilarse y más detalles sobre el impacto en las parejas. Escúchalo en Ivoox o Spotify.