A veces ocurren situaciones a nuestro alrededor que hacen plantearnos la necesidad de contratar un seguro de vida que garantice la estabilidad económica de nuestros familiares o incluso la propia.
Si algo ha puesto de manifiesto el pasado 2020 con la llegada del Covid-19 es que la salud, la estabilidad financiera, laboral y personal pueden perderse de un día para otro.
Con esta crisis sanitaria que estamos viviendo a nivel mundial sin precedentes, muchas personas empiezan a plantearse la posibilidad de contratar un seguro de vida como mecanismo de solvencia económica en caso de adversidades.
¿Qué es un seguro de vida?
Un seguro de vida es una garantía que cubre diferentes contingencias o situaciones adversas que pueden darse en nuestra vida o en la de nuestros seres más queridos. Se trata de un contrato que asegura que una o varias personas, en caso de enfermedad o muerte de la persona de la que dependen económicamente (que normalmente es la misma que ha suscrito dicho seguro), recibirán una indemnización o pago que les permitirá hacer frente a sus gastos en el presente y/o en el futuro. Como contraprestación, el tomador o la persona que realiza el seguro pagará una prima mensualmente.
Por tanto, para entender el concepto de seguro de vida debemos tener claro tres figuras importantes:
- Tomador: persona que contrata el seguro y que paga la prima.
- Asegurado: la persona protegida por el seguro que se ha contratado.
- Beneficiario: la persona o personas que se benefician de la cobertura del seguro si el asegurado fallece.
Por tanto, el objetivo del seguro de vida es proporcionar una cantidad determinada de ingresos económicos a aquellas personas que se han quedado desamparadas tras la muerte del asegurado.
¿Qué prima elegir en una póliza de vida?
A la hora de contratar un seguro de vida es importante saber que la cantidad de la indemnización que se percibirá irá en función de la prima o aportaciones económicas mensuales que el tomador haya realizado, así como de la duración en el tiempo de dichos pagos.
Es decir, dos personas que mensualmente paguen por su seguro de vida la misma cantidad, pero una de ellas haya contratado su seguro de vida a los 30 años y otra a los 60, lamentablemente los beneficiarios en ambos casos no percibirán lo mismo, ya que como indicamos, cuanto antes se estipule el seguro, mayor tiempo de pago de las primas se habrá realizado lo que significa que la póliza será mayor y por tanto la indemnización también.
¿Cuándo contratar un seguro de vida?
La respuesta es sencilla: cuanto antes si nuestra estabilidad económica nos lo permite. Como hemos mencionado anteriormente, cuanto mayor tiempo se esté pagando la prima del seguro de vida, la póliza será mayor y por tanto la cantidad a percibir en caso de fallecimiento del asegurado, será más considerable.
Pero, además, en general, el precio del pago de las mensualidades de los seguros de vida no es igual en una edad que en otra. Las aseguradoras son conscientes de que con el paso de los años los problemas de salud y achaques son más frecuentes, por lo que el pago de la prima se incrementa ya que se entiende que, salvo accidentes o enfermedades fortuitas, una persona joven tiene menos probabilidades de fallecer que un anciano.
Por tanto, una persona de 30 años que contrate un seguro de vida disfrutará de un precio más atractivo que una de 60. Sin olvidar que algunas aseguradoras, a partir de los 65 años no realizan seguros de vida por los motivos que acabamos de comentar.
¿Quién puede contratarlo?
En términos generales, cualquier persona que tenga cargas familiares tales como hijos o personas dependientes económicamente de ella o cargas personales como puede ser el caso de hipotecas, préstamos, deudas económicas, etc., debería valorar la posibilidad de contratar un seguro de vida que lo proteja económicamente a él y a sus allegados en caso de fallecimiento o invalidez.
Excepciones
Como en todo, hay algunas excepcionesa la hora de contratar un seguro de vida. La legislación permite a las aseguradoras no contemplar como tomadores de un seguro de vida los siguientes casos:
- Menores de catorce años (en este caso, algunas excepciones sí se contemplan).
- Personas incapacitadas.
- Españoles que no residen en España.
- Personas cuyo puesto de trabajo representan un alto riesgo para la salud.
- Personas con una enfermedad grave.
Tipos de seguros de vida
Por supuesto, no es obligatorio contratar un seguro de vida, aunque sí recomendable si queremos tener la tranquilidad de saber que nuestra familia estará cubierta en el que caso de que se diese alguna situación desagradable. No hay un seguro de vida común, sino que existen diferentes tipos de seguros de vida en función de las necesidades y características del cliente.
¿Cómo elegir el mejor seguro de vida? Veamos los distintos tipos y coberturas.
Seguro de vida temporal
Es aquel cuyo objetivo es cubrir un tiempo determinado o una necesidad concreta como puede ser en el caso de realizar un viaje o durante la realización de una actividad laboral de riesgo.
Si durante el tiempo que cubre el seguro, la persona asegurada no sufre ningún percance, pese a haber abonado las cuotas establecidas, como es de esperar, no se percibe ninguna indemnización.
Dentro de los seguros de vida temporales encontramos a su vez tres subtipos:
- Seguro de vida temporal con prima renovable: la prima del seguro se va modificando anualmente en función de la edad de la persona asegurada de tal forma que, a más edad, la cuota a pagar es más alta.
- Seguro de vida temporal decreciente: este tipo de seguro es el adecuado cuando el tomador, en el momento de la creación del seguro de vida dispone de una gran solvencia económica de tal forma que los primeros años paga una cuota más elevada de lo que le correspondería en función de su edad, para, posteriormente, en años venideros, y ante la incertidumbre de su estado económico, pagar menos.
- Seguro de vida temporal constante: El monto de la prima es igual durante todo el tiempo de duración del seguro independientemente de los años que vaya cumpliendo el asegurado. Para ello, las entidades aseguradoras establecen una cantidad media a pagar entre la edad actual de la persona y la edad máxima.
Seguro de vida entera
Se trata de un tipo de seguro de vida que cubre de forma vitalicia y cuya principal característica es que, en el caso del fallecimiento del asegurado, la aseguradora indemniza de forma íntegra a los beneficiarios independientemente del momento de la muerte del mismo (es decir, si lleva dos o veinte años pagando la póliza el asegurado). En este tipo de seguros de vida también nos encontramos dos subtipos con respecto a las formas de pago:
- Seguro de vida entera vitalicio: El pago del seguro de vida tiene lugar hasta el momento del fallecimiento del asegurado.
- Seguro de vida entera temporal: El pago del seguro tiene una caducidad en el tiempo (por ejemplo 30 años) y la cobertura del mismo estaría también disponible en todo momento independientemente de que en el momento del fallecimiento del asegurado ya no se esté pasando la prima.
Seguros mixtos o híbridos entre seguro de vida y seguro de ahorros
No es uno de los seguros más comunes, pero es interesante conocerlo. Con la modalidad de seguro de vida mixto los beneficiarios están cubiertos en caso de fallecimiento del asegurado, pero, además, si el asegurado sobrevive a la edad estipulada en el contrato, puede beneficiarse de las prestaciones acordadas en la póliza.
Seguro de vida riesgo
Aporta un capital en el caso de perecimiento del asegurado. Si cuando tiene lugar la finalización del contrato el asegurado no ha fallecido, la retribución económica por parte de la aseguradora no tiene lugar. Este tipo suele darse por ejemplo en el caso de personas con hipotecas.
¿Cómo funciona esta póliza?
En el caso de los seguros de vida entera, temporal o de riesgo, el funcionamiento del mismo es relativamente sencillo. El tomador y la empresa aseguradora firman un contrato donde se establecen los siguientes conceptos:
- Edad actual del asegurado y/o capital que se quiere asegurar.
- Circunstancias que pueden influir en el valor del seguro de vida como pueden ser una profesión de alto riesgo o la práctica por parte del asegurado de deportes peligrosos.
- Importe de la prima anual.
- Capital o indemnización que la aseguradora abonará en caso de invalidez o fallecimiento del asegurado.
- Otros tipos de coberturas opcionales si es que se estableciesen oportunas en el contrato.
Puedes profundizar más con nuestra guía “50 preguntas clave sobre el seguro de vida”.