En este vídeo, José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de FEDEA y miembro del Foro de Expertos del Instituto Santalucía, aborda la necesidad de aprobar primero una prestación temporal para atender a las familias vulnerables afectadas por la pandemia y otra posterior con carácter permanente, para atajar la pobreza infantil.
España siempre aparece como uno de los países con un mayor porcentaje de familias en riesgo de pobreza de los países industrializados y, lo que es más grave, con un alto porcentaje de pobreza infantil, según distintos estudios internacionales . Es por ello por lo que “España necesita un Ingreso Mínimo Vital, a modo de prestación de último recurso, a nivel nacional, para completar nuestro estado del bienestar”, afirma José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de FEDEA y miembro del Foro de Expertos del Instituto Santalucía, quien ante la pandemia que estamos sufriendo propone “centrarse ahora en un Ingreso Mínimo Vital temporal y, después, en uno permanente.”
El Covid-19 ha provocado que los colectivos vulnerables sean mucho más amplios que en una situación normal y el margen fiscal se ha estrechado, dice Conde-Ruiz, por lo tanto, “lo razonable ahora mismo sería aparcar el diseño de esta prestación necesaria de carácter permanente y centrarnos, de forma urgente, en lo que sería un Ingreso Mínimo Vital de carácter temporal”.
El Ingreso Mínimo Vital de carácter temporal
Las medidas socio laborales que el Gobierno ha aprobado para apoyar a los diferentes colectivos deja a algunos sin ayudas. Así, hay apoyo para los trabajadores indefinidos con los ERTEs; para los trabajadores temporales hay una nueva prestación; y para los autónomos, la nueva prestación por cese de actividad. Sin embargo, no hay ayuda para los colectivos más vulnerables, aquellos en riesgo de pobreza, que, prácticamente no tienen ayudas, como no tenían antes.
Al mismo tiempo, el miembro del Foro de Expertos del Instituto Santalucía recuerda que también se está dejando fuera a aquellos trabajadores que iban a ser contratados en la campaña de verano y que sus únicos ingresos del año iban a venir en los siguientes meses, pero, como no van a ser contratados, no van a ser despedidos y por lo tanto no cualificarían para las ayudas del Gobierno.
“Esto hace que, quizá ya estemos llegando tarde a la urgencia de introducir lo que sería un mínimo, una renta de emergencia, de carácter temporal”. Para Conde-Ruiz debería de tener dos características. Primero, ser completamente transparente, muy automática, con un escaso o muy poco control ex ante, aunque con un estricto control ex post. Es decir, si alguna persona percibe una prestación a la cual no tenía derecho, debe existir un mecanismocon posterioridad que le obligue a devolverla. El experto señala a la Agencia Tributaria como el órgano de control.
En segundo lugar, debería tener incentivos al empleo. “Es cierto que ahora mismo es difícil encontrar empleo, pero, sería necesario que esta nueva prestación tuviese incentivos, en el sentido de que, si una persona, percibiendo esta prestación, tiene la suerte de encontrar un empleo, pueda compatibilizarlo, no perdiendo el 100% de la ayuda, sino pudiendo compatibilizar un porcentaje de dicha prestación con su nuevo salario”, explica.
Conde-Ruiz concluye que este nuevo Ingreso Mínimo Vital temporal podría usarse “como puente y también como laboratorio” para lo que sería el diseño definitivo de un Ingreso Mínimo Vital de carácter permanente, “que es lo que necesita nuestro estado del bienestar para tener por fin una renta de último recurso capaz de luchar contra la pobreza e intentar solucionar el problema de la pobreza infantil”.