No siempre es fácil explicar los conceptos más básicos a nuestros hijos. Para introducir a los más pequeños en la educación financiera, debemos hacer un esfuerzo y plantearles situaciones que les ayuden a entender cosas tan básicas como qué es el dinero, para qué sirve y por qué debemos hacer de él un uso responsable.
Lo primero es explicarles lo más básico: qué es y para qué sirve.
El dinero es un símbolo que representa el valor de las cosas, tiene forma de moneda, billete o tarjeta y sirve para comprar todo aquello que queramos o necesitemos. Para que lo entiendan mejor, podemos poner ejemplos. Hay cosas que valen más que otras, por las que se pide más dinero. Un coche o una casa valen mucho dinero, mientras que otros objetos como una televisión o la cubertería de la casa son mucho más baratas.
Lo segundo es explicarles cómo se consigue.
El dinero se adquiere con el trabajo. Cuando los padres van todos los días a trabajar, es para obtener dinero que les permita comprar tanto las cosas que necesitan como las que les gustan. Todos los objetos de la casa tienen un valor. Y no solo los objetos; la luz, el agua o el gas que calienta la casa en invierno también valen dinero.
Ahora bien, una vez expliquemos cómo se consigue, debemos ayudarles a entender cómo priorizar y en qué gastar el dinero. Para ello, podemos proponerles que escriban en una lista qué cosas de la casa necesitan y qué cosas quieren. La comida, ¿es necesaria? ¿Y los juguetes? Trabajamos para poder pagar las cosas que necesitamos y, lo que sobre, lo destinaremos a las cosas que nos gusten o al ahorro.
Es ahora cuando podemos plantearles situaciones concretas. Tanto en relación como para priorizar el gasto como para ayudarles a entender qué es el ahorro. Por ejemplo, si hoy disponen de cinco euros y quieren ir al Parque de Atracciones, no podrán comprar la entrada. ¿Qué deberían hacer para poder acudir al Parque? Esperar y ahorrar más dinero. Situaciones muy sencillas que les ayuden no solo a comprender qué es el dinero, sino todo lo que le rodea, como el ahorro y la priorización de gasto.
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Si no hubieran inventado el dinero , tuvieran que seguir haciendo trueques .
Es mejor dinero en mano que cien volando.