Seguimos con la serie de artículos especiales sobre el seguro de vida a raíz de la publicación por parte de UNESPA, Asociación Empresarial de Seguros, del informe del Informe Estamos Seguros. En este caso, resulta particularmente interesante la disección que el informe realiza del seguro de vida en las pensiones.
Y es que el seguro de vida, como instrumento de ahorro y de prevención, puede servir para objetivos distintos al de la previsión para la jubilación. Sin embargo, una de sus vocaciones fundamentales es el diferimiento de rentas enfocado al retiro laboral. Para ello, en su informe hace foco especial en el papel del seguro en este terreno teniendo en cuenta únicamente los productos de seguro de vida que tienen una clara vocación de previsión a largo plazo. No obstante, como indica UNESPA en su informe, “nada impide que una persona ahorre para su jubilación a través de un SIALP, por ejemplo, pero el hecho de que el horizonte fiscal del producto sea de cinco años y se pueda cobrar en forma de capital hace pensar que también puede haber muchos ahorradores que no lo utilicen para prevenir la jubilación”. Lo mismo ocurre con los productos en los que el cliente asume el riesgo de la inversión (Unit-Linked). Es por esta razón que no se tienen en cuenta en el estudio llevado a cabo por UNESPA.
Cifras básicas de los productos de previsión
UNESPA estima que el ahorro previsional total acumulado por los particulares en España se podría situar, a 30 de septiembre de 2018, en el entorno de los 230.000 millones de euros. Los datos históricos apuntan a una suave tendencia creciente de esta magnitud, impulsada sobre todo por los productos individuales, principalmente los seguros.
A pesar de esta tendencia creciente, las cifras, en realidad, revelan una situación general de descobertura en la sociedad española. A 30 de septiembre de 2018, había en el país unos 31 millones de partícipes de productos de previsión. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayor parte de esa cifra (17 millones de personas) se corresponde con asegurados de vida con indemnización por fallecimiento. Esto quiere decir que la cifra de ahorradores para la jubilación es mucho menor. Además, habría que tener en cuenta la doble contabilidad (personas que tienen varios productos). Las cifras, en todo caso, apuntan a que en España hay no menos de 15,5 millones de adultos sin cobertura de ahorro para la jubilación.
El conjunto de productos y ofertas de previsión aquí considerados como ligados a la jubilación desembolsa unas prestaciones totales a lo largo del año que suman 12.000 millones de euros. La mayor parte de este dinero corresponde a prestaciones de ahorro. Si lo que se toma, sin embargo, es el criterio del Informe estadístico de Instrumentos de Previsión Social Complementaria elaborado por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), la cifra es incluso menor: 7.520 millones de euros en 2017. Cualquiera que sea el enfoque adoptado, sin embargo, lo que es claro es que las magnitudes del sistema de previsión capitalizado son muy pequeñas considerando el sistema de bienestar en su conjunto. Esto es, teniendo en cuenta el gasto derivado del sistema de reparto.
Según el informe UNESPA, concretamente, la información publicada por la DGSFP, actualmente unas 710.000 personas perciben prestaciones de jubilación procedentes de planes de pensiones, planes de previsión asegurados o seguros colectivos de previsión empresarial; de los cuales unas 460.000 son perceptoras de rentas. Un elemento importante a la hora de pulsar el papel del sector asegurador en el sistema privado de bienestar es que, aunque comúnmente se opongan los ámbitos del seguro de vida y los planes de pensiones como distintos, en realidad la actividad de la industria aseguradora es muy elevada en el ámbito de los planes de pensiones. Las aseguradoras gestionan en torno al 40% del patrimonio de los planes de pensiones en España, y tienen a su cargo el 45% de los clientes.
