El estudio publicado por la OCDE titulado “The Pursuit of Gender Equality: An Uphill Battle”, que puede traducirse en español como “Perseguir la igualdad de género: una batalla cuesta arriba”, hace un llamamiento a la acción para acelerar el proceso de igualdad de género, ya que han percibido pocos avances desde el último informe realizado en 2012. Defienden así que la igualdad debe ser una prioridad para los Gobiernos si queremos crecer como sociedad de forma inclusiva y duradera: la igualdad de género es un derecho fundamental y, además, es esencial para el bienestar de la sociedad y la economía “y que no hay razón para que las mujeres sigan detrás de los hombres en los resultados sociales, económicos y políticos. Los países deben hacer mucho más para alcanzar los objetivos de paridad”, ha afirmado Gabriela Ramos, directora del Gabinete de la OCDE y asesora del G20.
Según la encuesta realizada por este mismo organismo a 37 países, los retos más importantes a los que se enfrentaban, vinculados a la igualdad de sexos era, en primer lugar, la violencia de género, la diferencia de remuneración entre hombres y mujeres, repartición desigual del trabajo no remunerado, incluido el doméstico. Con estos retos en el horizonte, el informe señala que se han realizado ciertos progresos que se centran en la lucha contra el acoso laboral, medidas para potenciar la elección de carreras científicas entre mujeres y las de enseñanza entre hombres.
Sin embargo, las desigualdades persisten en todas las esferas de la vida social y económica de todos los países.
- Las mujeres ganan casi un 15% menos que los hombres, tasa que no ha variado desde 2010. En España, la diferencia es del 20% en trabajos muy cualificados; en el ámbito servicios la brecha roza el 40%.
- Es menos probable que las mujeres estudien en los campos mejor remunerados (ciencia y tecnología), sin embargo, las mujeres de la OCDE se gradúan con mejores calificaciones que los hombres.
- Las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de estar empleadas, aun cuando la tasa de actividad se ha ido igualando. Cuando trabajan, es más probable que lo hagan a tiempo parcial, que sean víctimas de una discriminación y las posibilidades de llegar a puestos de dirección son menores.
- La tendencia muestra que las desigualdades tienden a aumentar con la edad, lo que revela la influencia de la maternidad y crianza de los hijos: tiene efectos significativos sobre la actividad, la remuneración y la progresión profesional.
- La vida pública no se queda al margen de las desigualdades: las mujeres están subrepresentadas en la política: ocupan menos de un tercio de los escaños.
Queda mucho por hacer para reducir y llegar a eliminar las diferencias de género en los países que conforman la OCDE; sin embargo, este informe hace especial hincapié en el interés que ello conlleva, tanto a nivel social como económico. Desde el Instituto Santalucía somos conscientes de ello y del tratamiento especial que tiene este colectivo de cara a su carrera laboral y de cotizaciones. Por ello, hemos creado la guía dedicada al colectivo de las mujeres trabajadoras, en la que se explica cómo se tienen en cuenta las interrupciones por embarazo y el permiso de maternidad, contingencias de supervivencia e información sobre la pensión de jubilación. Puedes descargarla pulsando aquí.