¿Qué diferencias hay entre los sistemas de pensiones, por ejemplo, de Japón y China? ¿Cómo es en Australia? ¿Y en comparación con España? Cada país cuenta con un sistema de pensiones propio y específico, es decir, está adaptado a las características de cada territorio en concreto. Sin embargo, en función de las zonas geográficas, se percibe una historia y/o influencias comunes a varios países que han ido confeccionando los sistemas tal y como se conocen hoy. En este artículo, presentamos un resumen de la evolución global de los diferentes modelos. Para acceder al informe completo por país, así como a todos los datos comparativos, puedes pulsar aquí.
Evolución general de los sistemas de pensiones
Frente a la concepción de un sistema de Seguridad Social basado en un método financiero de reparto –método por el que el aseguramiento profesional obligatorio es financiado mediante cotizaciones de trabajadores y empleadores que no se acumulan–, la realidad es que muchos sistemas de Seguridad Social en el mundo mantienen otra composición en la que las prestaciones básicas son, al menos, tan importantes.
Muchos sistemas de pensiones han evolucionado hacia tipos mixtos incorporando no solo adaptaciones en sus parámetros básicos (condiciones de elegibilidad, cuantías) sino verdaderas innovaciones de diseño que acabarán por dar forma a las pensiones del S. XXI. Existe cierta uniformidad de la lógica protectora, dentro de una enorme diversidad de esquemas, revelada por el descenso a los detalles relativos a la naturaleza y tipos de cobertura ofrecida en la actualidad por los diferentes sistemas, las condiciones de elegibilidad o los importes de las prestaciones y su financiación y fiscalidad, por otra parte.
Salvando excepciones, los diferentes modelos de sistemas de pensiones en el mundo se definen como sigue: Europa Central, Europa del Sur, Anglosajón, Nórdico, Países Emergentes y Asia.
Modelo de pensiones de Europa Central
Se describen los casos de Alemania, Francia y Polonia. Estos países iniciaron sus sistemas de Seguridad Social en el periodo bisagra entre los siglos XIX y XX determinando la existencia de un seguro obligatorio para trabajadores vinculados a la industria del momento, patrocinado por el Estado. Dentro de un marco que ha ido registrando el impacto de las sucesivas reformas que se han dado a lo largo del tiempo en estos países, en la mayoría de ellos se mantienen vivas las raíces del modelo “bismarkiano”. Ni siquiera las relevantes reformas que se adoptaron en muchos de ellos tras la II Guerra Mundial han desdibujado el carácter de seguro profesional obligatorio que conserva la Seguridad Social en esta región.
Se trata de países en los que, para algunos, cuesta adoptar reformas muy radicales y, para otros, a raíz del colapso de la Unión Soviética, ha sido inmediato el adoptar las cuentas individuales de capitalización junto a prestaciones básicas en sustitución del sistema de reparto profesional propio de este bloque.
Modelo de pensiones de Europa del Sur
Se describen los casos de España, Italia y Portugal. Se trata de países en los que la Seguridad Social tiene también una larga trayectoria, habiendo desarrollado sus sistemas protectores poco después de la adopción de las primeras normas europeas en los países más avanzados. En un sentido estrictamente normativo, poco diferenciaría a muchos de ellos de los países del grupo Europa Central. Pero el menor grado de desarrollo económico de los mismos, durante la primera mitad del S. XX, y más allá incluso, impidió el despliegue protector de leyes demasiado ambiciosas a la luz de los recursos disponibles.
Solo en la tercera parte del siglo pasado pudieron estos países alcanzar una cobertura general de los trabajadores de todos los sectores y categorías de entidad equiparable a la de las naciones avanzadas del continente. Incluso, formularon dicha protección con prestaciones que, en términos relativos, acabaron siendo muy generosas a finales del S. XX y alcanzables mediante criterios de elegibilidad igualmente laxos. Ello hace que estos países hayan presentado en los últimos lustros grandes dificultades para afrontar reformas sustantivas, aunque cabe destacar que en algunos de ellos se han introducido cuentas individuales nocionales de contribución definida y mecanismos de sostenibilidad y ajustes por longevidad para el control del gasto en pensiones.
Modelo de pensiones Anglosajón
Se describen los casos de Australia, Estados Unidos, Irlanda y Reino Unido. El denominador común de estos países es que, a pesar de que algunos iniciaron su andadura en materia de Seguridad Social a principios del S. XX, la forma que han adoptado durante la mayor parte de dicha centuria se decantó durante o inmediatamente después de la II Guerra Mundial, siguiendo la inspiración de las reformas iniciadas por Roosevelt (Estados Unidos) y Beveridge (Reino Unido) en un intento por adaptar el estado del bienestar a las condiciones derivadas de la gran depresión, a la segunda guerra y al nuevo marco productivo y social que caracterizaría la segunda mitad del S. XX.
La proximidad cultural entre este grupo de países ha definido elementos comunes en sus sistemas, como la existencia de una renta básica condicionada a ingresos o el complemento de planes de pensiones de empresa, si bien, como se comentaba antes, algunos de estos elementos ya están presentes en muchos otros países pertenecientes a regiones con otras influencias culturales o marcos normativos.
Modelo de pensiones Nórdico
Se describen los casos de Dinamarca, Holanda y Suecia. De nuevo, se trata de países en los que la Seguridad Social inició su andadura a finales del S. XIX o principios del S. XX inspirada por la gran innovación “bismarkiana”. El modelo social de estos países es característico por la fuerte presencia de servicios públicos de calidad financiados con elevados impuestos progresivos sobre la población, incluso preferidos a las cotizaciones sociales para la financiación de las pensiones.
Con matices, sin embargo, se han abierto paso soluciones para la jubilación que combinan elementos que se encuentran presentes en los países de cultura protectora anglosajona, como la prestación básica o universal, y otros tan innovadores como las cuentas individuales nocionales de contribución definida, que se han adoptado sucesivamente en otros países.
Modelo de pensiones de Países Emergentes
Se describen los casos de Brasil, Marruecos y México. En los países de este grupo, en realidad muy heterogéneo, se dan algunos elementos comunes. En primer lugar, su tradición protectora bebe de la cultura y las fuentes normativas europeas. En algunos países, la Seguridad Social se implanta en la primera mitad del siglo pasado y, con generalidad, en los años 40 o 50 de dicho siglo. Lo hacen replicando esquemas de seguro obligatorio profesional, para determinados colectivos laborales, propios de la tradición protectora europea, con cuyos países siguieron manteniendo vínculos culturales muy estrechos tras su independencia. En las décadas previas a los años 90 del siglo pasado, estos sistemas experimentaron graves problemas de suficiencia de las prestaciones, cobertura de los trabajadores y sostenibilidad, lo que en la década de los años 90 llevó a la innovación de las cuentas individuales obligatorias de contribución definida y las prestaciones básicas.
En la actualidad, siguen siendo señas de identidad en estos países la multiplicidad de regímenes especiales para distintos colectivos y los problemas de cobertura, sostenibilidad y suficiencia, a pesar de transición en muchos de ellos desde los sistemas de reparto a los de capitalización. También son comunes las fuertes diferencias entre la cobertura de la población rural y urbana, y los problemas de cobertura en la economía irregular.
Modelo de pensiones de Asia
Se describen los casos de China, Japón y Singapur. Si, al menos, los países Emergentes comparten el rasgo definitorio de su estado de desarrollo económico y social, entre los países asiáticos se encuentra una gran diversidad de regímenes económicos. Los inicios de una verdadera cultura protectora en estos países son tardíos, situándose en los primeros años 50 del siglo pasado y, por ello, junto a la diversidad socio-económica mencionada, cabe encontrar más diversidad de esquemas, algunos, incluso, futuristas.
Subsisten en estos sistemas estructuras de protección que han variado muy poco desde su puesta en marcha, como es el caso de Japón, junto a sistemas todavía por acabar de construir ante una dinámica socioeconómica incontenible, como es el caso de China. En ellos se encuentran desde las ya convencionales prestaciones básicas o los esquemas de seguro obligatorio profesional hasta las cuentas individuales públicas para trabajadores urbanos por cuenta ajena o el esquema de diversos fondos de ahorro obligatorio, único en el mundo, de Singapur, que admite (y modifica, en función de la edad) propósitos tan variados como la adquisición de una vivienda, la educación de los hijos o la jubilación.
Descarga del informe “Pensiones en Transición”
En un momento en el que las pensiones se encuentran constantemente en el centro del debate, el informe “Pensiones en Transición, llevado a cabo por nuestro Foro de Expertos, es el primer estudio presentado en España que ofrece un panorama internacional de los sistemas de pensiones. Puedes acceder a él pulsando aquí.