En la sexta edición del barómetro de las pensiones del Instituto Santalucía se han actualizado 15 indicadores del sistema público español. Ofrecemos un análisis evolutivo de los mismos.
Edad efectiva de jubilación
Uno de los instrumentos de la reforma de 2011 para compensar la tendencia al envejecimiento es incrementar la edad legal de jubilación. Frente al aumento de un año en la edad legal respecto a 2012 y de dos meses respecto a 2020, la edad efectiva de jubilación ha aumentado alrededor de 5 meses desde 2012 y menos de un mes respecto a 2020. La edad efectiva, por tanto, está aumentando menos de la mitad que la edad legal.
Indicador de solidaridad
El indicador de solidaridad continúa su tendencia decreciente situándose en el 4,7% el peso de los complementos a mínimo en la nómina de pensiones. En 2021 no ha habido una política diferenciadora que subiera más las pensiones mínimas y, por tanto, se necesitan menos recursos para garantizar la pensión mínima al ser cada vez mayores los derechos por pensiones. Esto se nota a medio plazo, si se compara con el 7,2% de 2012.
Indicadores de sostenibilidad
Afiliados por pensionista
Los indicadores de sostenibilidad que se han actualizado en este trimestre (afiliados por pensionista y pensión por € cotizado) han mejorado respecto a 2020, situándose en niveles de 2019 y mostrando la recuperación tras la pandemia. El número de afiliados por pensionista en septiembre de 2021 se ha recuperado hasta 2,18, como en 2019, frente a 2,13 de 2020 debido a un mayor aumento del número de afiliados que del número de pensionistas, ambos factores influidos por la superación de la crisis de la Covid-19 y su mayor mortalidad.
Pensión media por euro cotizado
El indicador de sostenibilidad más libre del ciclo económico y, por tanto, más comparable a lo largo del tiempo es el importe de la pensión media por euro cotizado de media en el sistema. Este indicador mostró picos anormales en 2020, al disminuir la cotización media por afiliado por los ERTEs y exoneraciones en la cotización. Sin tener en cuenta este dato, la tendencia a largo plazo de este indicador es a aumentar (2,01 en 2012 y 2,17 en 2019), ya que el dato de 2,13 de 2021 coincide con un récord de recaudación por cotizaciones que habrá que seguir en los próximos meses al sospechar que es un dato sobredimensionado por alguna cuestión técnica. La tendencia a largo plazo no se debe al envejecimiento ni al ciclo económico y pone de relieve una necesidad de modificación en el diseño de nuestro sistema de pensiones para que la cotización media crezca igual o más que la pensión media (mayor productividad y salarios) y poder compensar la probable disminución a largo plazo del número de afiliados por pensionista por motivos demográficos.
Generosidad en términos absolutos
La generosidad en términos absolutos, medida a través de la pensión media por pensionista, mejora continuamente en el tiempo. La pensión media por pensionista se sitúa en septiembre de 2021 en 1.143,47, casi un 25% más que en junio de 2012, mientras que el IPC ha aumentado tan solo un 7,4% en este periodo. Respecto al año anterior, la pensión media ha aumentado un 2,2% y la revalorización de todas las pensiones ha sido del 0,9%. La diferencia entre ambas tasas (1,3%) es el efecto sustitución (nuevas pensiones más altas que las que causan baja) y otros efectos de menor importancia. Esta mayor generosidad requiere crecimientos de la productividad y empleo suficientes para compensar el efecto sustitución y el efecto número de pensiones sin tensionar el equilibrio financiero.
Brecha de género
En cuanto a la brecha de género, los indicadores recogen una tendencia a largo plazo a su disminución. A nivel agregado, la pensión media de jubilación de mujeres se sitúa en un 67% de la de hombres (59,9% hace 9 años). La reducción de la brecha de género agregada continuará en el futuro ya que, en términos marginales, es decir, si se analizan las nuevas pensiones de jubilación, el indicador es superior, situándose en 80,4%. Sin embargo, una tendencia reciente que se está observando desde la entrada en vigor en marzo de 2021 del nuevo complemento para la reducción de la brecha de género es que el indicador para las nuevas pensiones de jubilación está disminuyendo, desde el 81,5% en septiembre de 2020 al 80,4% en 2021. Tal vez esto se debe a alguna cuestión técnica (retraso en la percepción del complemento, por ejemplo), por lo que todavía es prematuro afirmar que el nuevo complemento por brecha de género (de cuantía fija por hijo) sea, en términos agregados, menos favorable para las mujeres que el antiguo complemento por maternidad (un porcentaje sobre la pensión).
Indicadores contables de ingresos, gastos y saldo
Por último, los indicadores contables de ingresos, gastos y saldo en la parte contributiva reflejan la consolidación de la recuperación tras la crisis de la Covid-19.
Ingresos por cotizaciones
Los ingresos por cotizaciones han mostrado tasas muy positivas de crecimiento respecto a los del año anterior (20,4%), tras el -5,9% del mismo trimestre de 2020.
Ingresos contributivos sobre el PIB
Los ingresos contributivos sobre el PIB en términos anuales (10,9%) están en niveles cercanos a los máximos históricos, frente al 10,6% de hace un año y al 10,3% de diciembre de 2012.
Gastos en pensiones contributivas
El dato de incremento de gastos en pensiones contributivas (3,5%) se ha normalizado tras los datos atípicos, incluso negativos, de trimestres anteriores por la Covid. Los gastos contributivos sobre el PIB están en el 13,3%. El dato de 2020 era del 13,1% y el de diciembre de 2012 del 10,5%.
Déficit contributivo anual
Como consecuencia de los datos de ingresos y gastos contributivos, el déficit contributivo anual ha bajado casi una décima en relación al PIB en el último año (2,39% frente a 2,48%), siendo su cuantía cercana a los 28.000 millones de euros. Es un déficit anual 1.500 millones de euros inferior al del trimestre anterior, ya que ha desaparecido de la contabilización el tercer trimestre de 2020, el segundo peor de la crisis sanitaria en términos de cotizaciones. El déficit por pensionista también ha bajado respecto al trimestre anterior y se sitúa en 3.142 €, también menor que un año antes (3.198 €). Por su parte, el déficit por cotizante está en 1.460 €, mejor que el trimestre anterior y que un año antes (1.497 €).
No obstante, todos los indicadores contables son bastante peores que en el mismo trimestre de 2019, mostrando que estamos lejos de recuperar las cifras de antes de la crisis de 2020.
Como ya adelantábamos en las ediciones anteriores de El Pensiómetro, a lo largo de 2021 se está viendo una mejoría en los indicadores de déficit anual a medida que van quedando atrás los trimestres malos de la pandemia, aunque sin reformas estructurales está mejoría será sólo parcial y el déficit contributivo irá fluctuando según el ciclo económico alrededor del 2% del PIB.
Descárgate el informe completo, que recoge, además, un artículo de actualidad sobre la nueva ley de pensiones.
El Pensiómetro está elaborado en colaboración con el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social, que está formado por profesores de la Universidad de Extremadura (Inmaculada Domínguez y Borja Encimas), la Universidad Rey Juan Carlos (Miguel Ángel García) y la Universidad de Valencia (Mar Devesa, Robert Meneu y Enrique Devesa).