El envejecimiento activo es un concepto promovido por la OMS que busca la optimización de oportunidades de las personas mayores, incluida su prolongación en la vida laboral.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) durante la II Asamblea Mundial de las Naciones Unidas sobre el Envejecimiento celebrada en Madrid en el año 2002, se propuso promover la salud y el envejecimiento activo. Dicho con otras palabras, la OMS quiso darle un giro a la vejez y convertirla en una experiencia positiva.
Este nuevo concepto llegó con el fin de desbancar al “envejecimiento saludable” y darle un nuevo sentido, basado en las necesidades y no en los derechos. Con este término se busca la igualdad de oportunidades y de trato en todos los ámbitos de la vida.¿Qué es el envejecimiento activo?
Como se comentaba con anterioridad, el envejecimiento activo es un concepto promovido por la Organización Mundial de la Salud que consiste en la optimización de las oportunidades de salud, cooperación y seguridad, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas según van cumpliendo años.
Con la palabra “activo” no solo se quiere hacer referencia a estar físicamente activo, sino que también a una cooperación constante en los ámbitos sociales, económicos, culturales, espirituales y cívicos. El objetivo principal es aumentar la esperanza de vida saludable y sobre todo en la calidad de vida mientras nos vamos haciendo mayores. Esto también incluye a personas con problemas y discapacidades que requieran asistencia.
Mejora de la calidad de vida
Con este concepto de envejecimiento activo, como decíamos, no solo implica el cuidado de la salud, sino que lo que también se busca es la inserción participativa en la sociedad. Todo ello a través de distintas actividades centradas en la motivación de las personas mediante sus elementos más singulares y significativos. Con esto se busca mejorar la calidad de vida de las personas, intentando que sea de forma participativa, integral, flexible, sostenible e innovadora.
Los cuatro pilares del envejecimiento activo
A raíz de la Asamblea General de las Naciones Unidas se elaboraron unos principios en favor de las personas de mayor edad, son cinco: independencia, dignidad, autorrealización, cuidado y participación. A través de estos cinco conceptos se ha llegado a enmarcar los cuatro pilares fundamentales del envejecimiento activo, que son la salud, la participación, la seguridad y la dimensión económica.
Salud
La salud es algo necesario para poder mantener una buena calidad de vida, porque sin ella nuestra autonomía se ve reducida. Por esta razón la Organización Mundial de la Salud cree conveniente que para promover el envejecimiento activo es de vital importancia que los sistemas sanitarios tengan una visión amplia y completa del ciclo vital para poder llevar a cabo una buena orientación y promoción de la salud; incluyendo la prevención de enfermedades y el acceso a una asistencia y atención primaria equitativa y de calidad.
Participación
Las personas mayores podrán seguir cooperando y contribuyendo de manera activa y productiva en la sociedad mediante actividades adaptadas a sus capacidades, necesidades y preferencias, estas pueden ser remuneradas, o no. Esto está dentro de los derechos humanos básicos de las personas. Además, todo el mundo tiene derecho a mantener unido el vínculo con la sociedad sin que tenga que interponerse el hecho de tener más o menos edad.
Esto contribuye al bienestar mental de las personas mayores porque se sienten capaces e integrados en una sociedad que poco a poco los había ido apartando. Las actividades sociales son algo necesario para todos y durante toda la vida porque son positivas para la salud del individuo y su estado emocional. Por esta razón se debe favorecer unas determinadas oportunidades para la participación de los mayores en todos los ámbitos de la sociedad, siempre teniendo en cuenta sus capacidades, necesidades y preferencias.
Seguridad
Sentirse seguro en la vida es imprescindible, por esta razón es necesario asegurar la protección y la asistencia en caso de no poder garantizarlo una persona por sí misma. La seguridad es una obligación individual y social ya que es algo que nos compete a todos. Para poder garantizar una seguridad es necesario que ámbitos del Estado estén bien coordinados para poder aportar las medidas necesarias al sector social (educación, empleo, economía…) y al sanitario. Todas las medidas que se implementen deben apoyar la calidad de vida de las personas y a su seguridad para poder sentirse respaldados.
Dimensión económica
Este cuarto pilar ha sido el último en incorporarse, y trata sobre del mantenimiento e inserción en el mercado laboral de las personas mayores. Hacer que se sientan capaces y útiles es algo que nos compete a todos, no por cumplir años dejamos de ser productivos. Es importante mantener una estabilidad económica que haga frente a las contingencias de la edad, como la dependencia.
Según el informe elaborado por AFI y el Instituto Santalucía, “La dependencia en España. Una contingencia del siglo XXI”, la probabilidad de padecer el grado de dependencia más grave, el Grado III, que implica la asistencia de una tercera persona para las necesidades básicas diarias aumenta con la longevidad. Según este estudio, en 2030, el 5% de las personas mayores de 65 años padecerán dependencia de Grado III.
Por ello, desde el Instituto Santalucía contribuimos a fomentar el ahorro previsional a largo plazo que nos sirva de complemento a la pensión pública para afrontar una vida longeva con tranquilidad.
Te invitamos a leer este documento del miembro del Foro de Expertos del Instituto Santalucía, José Antonio Herce, sobre “Riesgos y oportunidades de la longevidad actual”.