En “Conversaciones para una sociedad en transformación”, el director de Instituto Santalucía, José Manuel Jiménez, charla con Mercedes Valcárcel, miembro de nuestro Foro de Expertos, y directora de la fundación Generation Spain, sobre qué es la ESG y el papel del tejido empresarial en esta materia.
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¿En qué consiste exactamente el proyecto Generation Spain? ¿Cuál es la propuesta de valor?
Esta iniciativa surgió hace ya siete años, desde McKinsey, la socia responsable del sector de formación hizo un informe muy interesante sobre los temas de formación para el empleo, en el cual detectó que en el mundo el nivel de jóvenes desempleados era elevadísimo, estaba por encima de los 70 millones de personas, y que, sorprendentemente habiendo ese volumen de personas desempleadas, el 40% de las empresas decían que no podían acceder al talento que necesitaban. Entonces, ella pensó que había algo que no estábamos haciendo bien porque no podía ser que hubiese oferta y hubiese demanda y no estuviésemos siendo capaces de casarla. Entonces lo que dijo es que evidentemente tenía que haber una solución para rellenar ese gap. Es decir, para conocer bien qué necesitaban las empresas, qué es lo que estaban buscando contratar y no conseguían, y formar en esos elementos a lo que los desempleados, que, evidentemente, no debían de tener ese conocimiento, porque si no estarían trabajando en las empresas.
Y ese es nuestro origen: contribuir a la reducción del desempleo y a generar o acompañar a personas para que tengan los conocimientos necesarios para realmente que supongan una fuente de talento para las empresas.
Además, también tenéis otro concepto que es el de Regeneration.
Nuestro valor añadido sería esta aproximación muy cercana a las empresas, es decir, antes de ofrecer cualquier formación, hablamos con las empresas, les preguntamos qué talento no están encontrando, en qué posiciones, qué conocimientos necesitaría ese talento, no solo técnicos sino también competenciales y de mentalidades, y desarrollamos conjuntamente con ellas los currículos formativos, incorporando contenidos técnicos, de mentalidades y de competencias, y con un formato absolutamente práctico.
Hacemos cursos de duraciones no mayores de cuatro meses, porque lo que queremos es que la gente acceda al empleo, y con procesos de selección adaptados al contenido que van a realizar para que la gente que pueda acceder a las formaciones realmente tenga éxito en las mismas y tenga un trabajo de calidad.
Con cuatro meses máximo funciona fenomenal para los jóvenes y lo que hemos visto es que, en los últimos años, en la mayoría de los de los países, el grupo de personas en situación de desempleo, y especialmente, en situación de desempleo de larga duración o en riesgo de estar en el mismo, ha ido incrementando su edad media. ¿Por qué? Porque cada vez más los mayores de 45 años se están enfrentando a retos en su formación y en su conocimiento por motivos variadísimos, por cambios económicos que hacen que haya sectores que tengan mucho mucha mayor dificultad en continuar operando por los cambios tecnológicos y digitales que exigen, que incluso dentro de la misma actividad, tú tengas unos conocimientos y unas competencias distintas.
Entonces, dado que nuestra metodología estaba funcionando muy bien para jóvenes, se está generando también una necesidad en otro grupo de población, no tiene sentido no aplicarla también para ellos, y entonces lanzamos el programa Regeneration.
En el Foro de Expertos hablamos mucho de talento sénior y siempre consideramos que hay edadismo, pero no se está potenciando a costa del talento joven. ¿Cómo crees que se puede potenciar?
A final hay espacio para todos y, de hecho, la realidad es que las empresas te dicen que no consiguen el talento que necesitan. Las empresas en general, cuando tienen puestos con una demanda altísima, no se fijan en la edad, pero tienen que ser puestos que realmente sean críticos para ellos. Para mí es un tema de conseguir hacer formaciones adaptadas a lo que el mercado laboral está pidiendo.
Ahora mismo, cuando hablamos de sostenibilidad, ha cambiado parcialmente la terminología, ya no se habla de responsabilidad social corporativa, realmente se habla de sostenibilidad, que está muy ligado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y en ese sentido, respecto a lo que es el sector financiero y las inversiones, de lo que se habla ya en general para todas las empresas es de los criterios ESG, si es en inglés, o ASG, si es en español, que es ambiental, social y de gobernanza.
Las empresas son lo voy a llamar herramienta o instrumento crítico para la mejora social. Son uno de sus principales elementos que hay en procesos productivos y generación de valor económico, pero, además, generan el empleo, que es lo que nos permite a todos tener una vida de calidad. En ese sentido, históricamente su objetivo era maximizar el valor del accionista, de los propietarios. Ahora, se han dado cuenta que son capaces de operar en los distintos entornos, no solo porque tienen unos accionistas que las han fundado, sino también porque hay unos entornos que facilitan esta operativa, por la normativa, por la formación de las personas que pueden contratar para desarrollar el trabajo, por quiénes son sus clientes. En este sentido, lo que ha sucedido es que se han complicado muchísimo todos aquellos elementos que se tienen que fijar para realmente poder dar servicio. Esto ha hecho que ahora, cuando miras una empresa, además de mirar su rentabilidad financiera, mires si realmente va a cumplir con unos criterios de gobernanza. Es decir, si sus gestores, además de ser honrados, por supuesto, se preocupan de que los empleados estén bien, de que los clientes tengan una buena calidad de servicio. Si dan la información de forma transparente. Se mira también el aspecto medioambiental, que no contamine, que eres cuidadoso con el medio ambiente y el aspecto social, dado que tú tienes proveedores y tienes clientes, son importantes las cadenas de valor.
Entonces lo que se mira ahora en las empresas, no solo que generen beneficios por supuesto, sino también que con todos aquellos actores sociales con los que interactúan. Tengan un comportamiento ético que ayude a construir unas sociedades más justas y esto, bueno, pues se ha agrupado en estos tres criterios que yo creo que reflejan bien cuáles son los tres bloques donde medir los elementos.
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