Mercado de trabajo, vivienda, sistema sanitario y social, modelo productivo, estructuras de los hogares y soledad son algunos de los retos que destaca la Fundación FAES en un informe titulado “Debates sobre longevidad, más allá de las pensiones”.
El mejor cuidado de la salud y de la alimentación por parte de los ciudadanos, de un lado; los avances médicos y la cronicidad de enfermedades, de otro, han ido alargando nuestras vidas, haciendo que seamos más longevos. El experto en la materia y miembro del foro de expertos de Santalucía AM, José Antonio Herce, siempre da este dato: cada 24 horas, la vida aumenta a razón de 4 horas, es son dos años y medio cada década o 7 u 8 años en el curso de una generación.
Expertos y autoridades trabajan en la reforma de las pensiones con ese foco, el de la longevidad. En este sentido, la Fundación FAES recoge en un informe los puntos principales donde centrar el debate de los que destacamos los siguientes:
1.- El mercado de trabajo
La evolución del tiempo de vida
La esperanza de vida ha aumentado a lo largo de los años. Nuestro país es el segundo más longevo por detrás de Japón con 83 años, según el INE. Pero, además, la natalidad es baja, con 1,3 hijos por mujer. Ello da como resultado un envejecimiento de la población.
Para resolver los problemas de la sostenibilidad de las pensiones, tendremos que hacer que la edad efectiva de jubilación se acerque a la real. Es decir, que, si ahora la edad de jubilación es a los 66 años, la efectiva no sea a los 64 años y seis meses, haciendo uso de la jubilación anticipada.
El estudio de FAES señala que ya en 2019 la vida laboral se alargó 2,5 frente a 1976. “Lo que ocurre es que el retraso en la incorporación al empleo y el adelanto de la salida del mismo ha dado lugar a una concentración de la vida laboral entre los 35 y los 44 años”.
2.- La vivienda
El stock de viviendas es superior al PIB actual
En nuestro país, el 76,7% del ahorro de las familias está concentrado en activos inmobiliarios, porcentaje que se eleva al 89,2% entre la población mayor de 65 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Somos un país de propietarios por lo que la monetización de la vivienda se antoja como una solución para complementar la pensión pública. Es decir, convertir en ahorro la vivienda, ya sea en modalidad de vivienda inversa, hipoteca inversa, nuda propiedad.
Esto limita el ahorro financiero a largo plazo “limitando el potencial de crecimiento de la economía y la capacidad de los ahorradores de percibir rentas de intereses y dividendos fruto de inversiones”, señala el documento de FAES.
3.-Sistema sanitario y servicios sociales
El aumento de la esperanza de vida y la disminución de la mortalidad infantil
Tal y como indicábamos al principio, la esperanza de vida sigue en ascenso y las vidas centenarias dejarán de ser algo extraño en las próximas décadas. Sin embargo, el desarrollo de las prestaciones sociales no se ha actualizado al mismo ritmo que la sociedad. El estado de bienestar ha conseguido aportar grandes beneficios, sin embargo, “los actuales patrones de (co)morbilidad, discapacidad, fragilidad y dependencia exigen otra organización de la atención sanitaria y del Sistema Nacional de Salud que los distintos gobiernos han sido incapaces de abordar.”.
4.- Nuevo modelo económico productivo
Los nuevos retos nacidos de la longevidad
Una de las variables que desestabiliza nuestro modelo económico es el aumento de la esperanza de vida. Dicha longevidad puede afectar negativamente al desarrollo de la vida laboral y en la productividad “e incide también en los patrones de ahorro de los individuos y sobre el denominado estancamiento secular”, apunta FAES.
Un botón de muestra. En un artículo sobre qué es la silver economy, escrito por el profesor de la escuela de negocios y marketing ESIC, Juan Carlos Alcaide, para el Instituto Santalucía aborda el concepto de silverización de productos y servicios para atender a este colectivo de mayores. Es decir, todos los fabricantes, ya sea alimentación, textil, mobiliario, turísticos, asegurador, tecnológico, etc. tienen que adaptarse a este colectivo creando y rediseñando sus productos.
5.- Nuevas estructuras de hogares y familias
La diversidad interna de la longevidad
No se puede hablar como colectivo homogéneo el de las personas mayores de 65 años, pues hay una enorme diversidad en edad, sexo, estudios o estado civil. Esto último redunda en el espacio habitacional. Hogares unipersonales, bipersonales, residencias o el reciente coliving.
6.- Soledad
Las nuevas necesidades sociales
La longevidad está estrechamente relacionada con la soledad, por lo que nos enfrentamos a una nueva cuestión en el debate de la sociedad. Cabe destacar la relación directa entre la soledad y la salud, lo que supone mayores costes sanitarios para quienes lo sufren. FAES llama la atención en la “búsqueda de estrategias eficientes en prevención y en acompañamiento para que la soledad no deteriore la salud y el bienestar de buena parte de los mayores”.
Acceda al informe de FAES y al podcast sobre retos de la cuarta edad de nuestro miembro del Foro de Expertos, Maite Sancho, experta en planificación gerontológica.
