Entrevistamos al experto en longevidad, José Antonio Herce, en el capítulo 7 del documental sobre educación financiera en los jóvenes “Y a mí qué el dinero”.
Es una buena noticia que cada vez seamos más longevos, pero ¿qué implicaciones tiene para los individuos?
En realidad, el ciclo de vida siempre ha admitido por definición una etapa de vida a edades avanzadas incluso muy avanzadas en tiempos históricos, pero lo que estamos observando es que la esperanza de vida al nacer y a cualquier edad está aumentando sin freno. No es que se esté acelerando, pero está aumentando a razón de 4 horas por cada 24 horas que pasa, eso son dos años y medio cada década o 7 u 8 años en el curso de una generación. Si la longevidad hiciera ruido no podríamos dormir. Hay dos implicaciones, primero derivada del hecho de que las personas que saben que están alcanzando edades avanzadas tienen que prepararse para esas edades. Hoy todo el mundo prácticamente llega a sus 65 años y llega a inaugurar un ciclo de vida en jubilación largo o muy largo, y hay que prepararse. En segundo lugar, hay que darle a ese ciclo de vida a partir de digamos los 60 a los 65 años un contenido que antes casi no exigía a nadie porque eran unas vidas mucho más breves en jubilación y hoy podemos estar 20 o 30 años en jubilación y nuestros hijos estarán puede que 40. ¿Qué contenido le damos? ¿Laboral?
¿El sistema de pensiones público puede hacer frente a esta situación de longevidad y esperanza de vida?
Hay que tener en cuenta que ningún sistema de pensiones público privado o mixto por sí solo puede resistir sin cambios importantes a este incremento constante de la longevidad, sobre todo cuando los periodos de cotización se están estrechando o están viéndose perjudicados por periodos de desempleo o de inactividad de los trabajadores. Por lo que el sistema público debe afrontar reformas importantes que le permitan acomodar más años de jubilación dentro de vidas de periodo de trabajo más corto. La ayuda del sistema público tiene que venir también el mercado de trabajo ofreciendo perspectivas de trabajo más duradero y más estable, pero la Seguridad Social tiene una reforma pendiente muy importante que debería estar centrada en el alargamiento progresivo de la edad de jubilación con la esperanza de vida. De esta forma matamos dos pájaros de un tiro, logramos que los trabajadores estén más años cotizando, y esto lo debe de permitir un mercado de trabajo muy cambiado respecto al que tenemos actualmente, y también que estén menos años disfrutando de su pensión, pero quizá incluso de una pensión mensual más alta. Y luego están los complementos de pensión. Cada vez están más extendidos en todos los países los complementos de la pensión pública. Es más, hay países donde los complementos de la pensión pública, las pensiones privadas, son más importantes que las propias pensiones públicas. En España no necesitamos llegar a esos extremo, pero tampoco podemos seguir adelante sin tener complementos de pensión dignos para todos los trabajadores y que sean suficientes para lo cual se requiere un esfuerzo complementario también de aportaciones a vehículos previsionales de los cuales hay una gama importante y esos vehículos deberían de estar favorecidos fiscalmente hablando, como lo están las cotizaciones a la Seguridad Social y las pensiones de la Seguridad Social, ni más ni menos que con una cierta neutralidad fiscal.
¿Los ciudadanos somos conscientes de este problema?
Creo que en el fondo muchos ciudadanos saben que es insostenible vivir cada vez con periodos de trabajo más cortos. A esto hay que ponerle remedio y probablemente los ciudadanos se resistirán porque nos adaptamos a vidas más largas, pero no a esta situación que es fastidiosilla, por el hecho de trabajar más o prolongar nuestra vida activa. Todo lo demás nos estamos adaptando: la duración de los estudios es mayor, retrasamos la venida de los hijos, la formación de los hogares se retrasa, se retrasan las contingencias de viudedad de invalidez permanente o incapacidad permanente… Porque la naturaleza va determinando que a vidas más largas corresponden edades más atrasadas para la mayor parte de los fenómenos de nuestro ciclo vital, pero a la jubilación nos resistimos. Es muy insuficiente la percepción que los ciudadanos tienen de las implicaciones fastidiosillas que tiene la excelente noticia de la longevidad.
¿Cómo deberían afrontar los jóvenes su vida financiera ante la perspectiva de vivir más de un siglo?
Los jóvenes, la mitad de los niños y niñas que nacen hoy van a pasar de los 100 años de vida. De la misma manera que algunos padres hacen socios del Atlético de Madrid a sus hijos antes de que nazcan, también les podrían abrir unas cartillas de ahorro para crearles este hábito de ahorro precautorio, por si acaso, para lo que falta que sea necesario. Al final, se convierte en ahorro previsional para mi jubilación. El hábito del ahorro es fundamental y es mucho más sencillo de lo que parece y se puede hacer para todos los niveles de renta o niveles socioeconómicos. Se trata de ahorrar un pequeño porcentaje de lo que ingresen, no son sumas descomunales, pero muchas veces la gente si se lo pensara dos veces decidirían ahorrar en vez de hacer un gasto que a lo mejor no necesitan.
¿Falta educación financiera?
Los ciudadanos están recibiendo muchas noticias sobre alfabetización financiera. hay iniciativas potentes institucionales, todas las entidades han desarrollado unidades de apoyo a esta extensión financiera, pero el ciudadano tiene que ser consciente de que necesita capacitación para manejar y entender las finanzas personales porque las finanzas acompañan durante toda nuestra vida, son las que nos dan independencia, las que nos permiten una emancipación verdaderamente plena de los recursos. Todas las empresas no necesariamente tienen que hacer conscientes a sus trabajadores de lo importante que es también de su salud financiera, así son más productivos y eso les van a permitir recibir salarios más elevados, pero desde luego donde nace la alfabetización financiera es en los ciclos escolares, en los ciclos superiores, en los ciclos de formación profesional.
¿Se está dando buena educación financiera en los centros educativos?
En general no, hay excepciones, hay cada vez mayor conciencia entre ciertos profesores y profesoras que están implementando por su cuenta, es verdad que con la aprobación de los dirigentes de los de los centros, y ahí se puede hacer mucho, excelentes iniciativas, pero son más bien contadas con los dedos de las manos. Yo creo que desde arriba debería tener un impulso para que, y no solamente de manera transversal, porque a veces es complicado dejarlo al arbitrio de cada profesor, sino de manera casi diría troncal, pues la alfabetización financiera ocupe el esfuerzo educativo y formativo de los profesores y de los propios alumnos. Yo creo que sería muy bueno que hubiera asignaturas cuasiobligatorias de alfabetización financiera, por qué no en Primaria y desde luego en Secundaria y en Bachillerato y Formación Profesional.
¿Qué consejo daría a los ciudadanos?
Independientemente de su edad, porque incluso una vez jubilado el ahorro es importante, yo les pediría que reflexionasen sobre cómo adquirir el hábito del ahorro porque el hábito del ahorro es lo que unido a la magia del interés compuesto al final nos podemos hacer con huchas muy importantes que podemos destinar no solamente a la jubilación, sino también a enriquecer nuestro ciclo de vida de manera considerable.
Escucha el capítulo 7 titulado “Vidas de 100 años” o el documental completo.