Estos son los principales puntos de la reforma de las pensiones acordada por el Gobierno, los sindicatos y la CEOE y cuya primera fase ha aprobado el Consejo de Ministros.
Objetivo de la reforma de las pensiones
El objetivo de la primera fase de la reforma de las pensiones es acercar la edad efectiva de jubilación a la edad legal. Para comprenderlo, tenemos que tener en cuenta que en la actualidad la edad legal de jubilación se encuentra en los 65 años para aquellas personas que hayan cotizado más de 37 años y tres meses. En el caso de no alcanzar este periodo de cotización, la edad legal de jubilación son 66 años.
Sin embargo, la edad media de jubilación efectiva de los españoles es de 64 años y seis meses, según los últimos datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y de un reciente estudio del Banco de España. Es decir, la jubilación anticipada hace que la edad real del retiro laboral sea antes.
Para ello, la reforma contempla bonificar la vida activa y penalizar la anticipación del retiro.
Incentivos para alargar la vida laboral
La prolongación de la vida laboral es una de las principales medidas de esta reforma de las pensiones, para lo que se establecen incentivos económicos para motivar a los trabajadores a continuar su vida laboral.
Uno de los primeros incentivos que se han estipulado es que una vez se haya llegado a la edad legal de jubilación y se continúe trabajando, se eliminará la cotización a la Seguridad Social por contingencias comunes (solo por incapacidad temporal), lo que conlleva un aumento del salario en la misma proporción.
Además, también habrá tres tipos de incentivos que el trabajador podrá elegir para retrasar la jubilación:
- La pensión se incrementará un 4,07% por cada año que se retrase la jubilación. Superando así los porcentajes actuales del 2% y del 4%.
- Pago único, el cual irá sujeto al número de años cotizados y no podrá superar los 12.000 euros.
- Combinar ambos incentivos.
Penalización de la jubilación anticipada voluntaria
En paralelo, se han establecido mecanismos para desincentivar la solicitud de la jubilación anticipada voluntaria, aquella que se produce dos años antes de la edad ordinaria de jubilación, si se ha cotizado al menos 35 años a la Seguridad Social.
Para poder llevar esto a cabo, se modifican las penalizaciones ya existentes que se aplican al adelantamiento voluntario de la jubilación. Los porcentajes reductores sufrirán unos cambios para así fomentar el retraso de la jubilación. De esta manera, la reducción de la pensión será mayor para aquellas personas que adelanten el trámite 24 meses antes de la edad legal estipulada. El porcentaje reductor disminuirá al mismo tiempo que se reduzcan los meses de adelanto de la jubilación. En la actualidad se realiza por trimestres, pero con esta modificación los porcentajes irán disminuyendo mes a mes.
A continuación, se muestra un ejemplo de cómo quedarán los porcentajes reductores para una persona que haya cotizado menos de 38 años y medio:
Adelanto de la jubilación | Nuevo porcentaje reductor | Actual porcentaje reductor |
24 meses | 21% | 16% |
12 meses | 5,5% | 8% |
También sufrirá cambios la manera de aplicar estas penalizaciones, ya que, en la actualidad, se hace sobre la base reguladora del beneficio de la pensión. Es decir, sobre la cifra final del cálculo del tiempo cotizado por un trabajador. En cambio, con esta nueva reforma de las pensiones, las penalizaciones serán más duras y se aplicarán de forma directa sobre la pensión. Esta medida de endurecimiento no entrará en vigor hasta dentro de dos años.
Pensión ligada al IPC
La reforma de las pensiones también contempla otros cambios como lo es actualizar la prestación conforme al Índice de Precios al Consumo (IPC), un indicador que calcula el coste de la vida diaria según los precios de los productos básicos de la cesta de la compra, carburantes, energía y otros suministros. Con esta nueva reforma de las pensiones, estas estarán ligadas al IPC, lo que significa que anualmente se tomará como referencia el dato del cierre del año para calcular el importe de las pensiones.
Por lo tanto, al estar unidos estos dos factores, cuando suban los precios la pensión lo hará en la misma proporción. Sin embargo, cuando el IPC no aumente o disminuya las pensiones se quedarán sin cambios, es decir, estarán congeladas.
Si a lo largo de la lectura te han surgido dudas al respecto, desde Instituto Santalucía te recomendamos que visites las siguientes entradas de nuestro blog para obtener más información: claves de la nueva reforma de las pensiones, primeros pasos en la reforma de las pensiones después del último acuerdo del Pacto de Toledo; o Pacto de Toledo: nuevas recomendaciones en pensiones.