Rafael Doménech y José Ignacio Conde-Ruiz, miembros del Foro de Expertos del Instituto Santalucía, debaten sobre la suficiencia, sostenibilidad y equidad del sistema tras las recomendaciones del Pacto de Toledo.
En el primer debate de las jornadas sobre “El reto de la sostenibilidad y la suficiencia” organizado por el Instituto Santalucía y moderado por su director, José Manuel Jiménez, el responsable de Análisis Macroeconómico en BBVA Research, Rafael Doménech, y el subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), José Ignacio Conde-Ruiz, ambos miembros del Foro de Expertos del Instituto Santalucía, han abordado la suficiencia, sostenibilidad y equidad del sistema público de pensiones, coincidiendo con la aprobación de las recomendaciones de reforma de las pensiones propuestas por el Pacto de Toledo.
El debate se produce en un contexto de cambio demográfico. Cada vez vivimos más años, de hecho, España es el segundo país más longevo con una esperanza de vida de 83 años y las previsiones apuntan a que seguirá aumentando. ¿Cómo sostener el sistema cuando vivimos más años, pero las personas en edad de trabajar, que son quienes financian el sistema, son menos en proporción? A esta presión hay que sumarle que a partir de 2030 la generación del babyboom, la más numerosa de todas, comenzará a jubilarse. Sirva otro dato: en la actualidad hay 3,5 trabajadores por pensionista; en las próximas décadas apenas habrá 1,5.
Las propuestas de los expertos pasan por alargar la vida laboral y por el ahorro previsional, aquel destinado a complementar la pensión pública a través de su inversión en un producto financiero.
Planes de empleo
En este sentido, el Pacto de Toledo recomienda impulsar el considerado segundo pilar del sistema de pensiones (el primero es el público y el tercero, el ahorro individual en planes de pensiones): los planes de empleo. Se trata de planes de pensiones ofrecidos por empresas y organizaciones a sus empleados. En países como Reino Unido están muy extendidos ya que las compañías están obligadas a ofrecerlos y los trabajadores están adscritos a los mismos de forma automática.
El problema en España es que con un tejido empresarial fuertemente apoyado en pequeñas empresas es costoso implementar este modelo y requiere de medidas fiscales para potenciarlo. A ello se suma una tasa de desempleo y de temporalidad elevadas y paro de larga duración, lo que “muestra que una parte importante de nuestro mercado de trabajo tiene muy difícil acceder a un empleo estable, indefinido, en una empresa grande capaz de ofrecer planes de empleo”, comenta Doménech, quien en alusión al proyecto de Presupuestos Generales del Estado, que propone reducir la desgravación fiscal de los planes de pensiones (tercer pilar) de 8.000 euros a 2.000 euros al año, considera que no se debe potenciar un sistema en detrimento de otro, sino que debe ser “neutral”, más aún cuando los autónomos quedan fuera de los planes de pensiones.
La generosidad del sistema de pensiones
Recientemente, el Banco de España y el Instituto de Actuarios Españoles han publicado sendos informes en los que concluyen que los pensionistas reciben más de lo que aportan durante su vida laboral. La tasa de sustitución, que mide la pérdida de poder adquisitivo entre la pensión media y el salario medio, está situada en España por encima el 70% frente al 45% de la UE. Un porcentaje que tenderá a nivelarse con el resto de países por el mencionado cambio demográfico.
Doménech opina que dada la generosidad del sistema y que en la jubilación los gastos domésticos son menores, no hay incentivos para que el ciudadano ahorre para la jubilación. En este sentido, “si anticipas que las pensiones no van a ser tan generosas como las de ahora, porque eso va a suceder, e impulsas el segundo pilar puedes contribuir a elevar el ahorro”, afirma Conde-Ruiz.
Si bien, esta generosidad hay que medirla en términos relativos a diferentes aspectos, puntualiza Doménech. Así, en relación a las pensiones mínimas, “el sistema no es generoso”, pero según lo cotizado durante toda la carrera laboral, “el sistema es muy generoso y en promedio se va a percibir durante la etapa como pensionista un 40%-70% más de lo cotizado”.
Edad de jubilación
Otra de las recomendaciones del Pacto de Toledo es la aproximación de la edad efectiva de jubilación a la legal. En la actualidad, la edad del retiro laboral está situado en 65 años y 10 meses , pero la realidad es que, a través de la jubilación anticipada, la edad real es menor .Para 2027, la edad legal de jubilación estará fijada en 67 años, pero para aquellos que hayan cotizado 38 años podrán anticipar su retiro a los 65 años.
Pero…, ¿cómo equipararlo la edad real y la edad legal de jubilación? ¿cómo aumentar la vida laboral? “Aumentar la edad de jubilación es el instrumento más potente para equilibrar el sistema y tendría que haber cierta automatización entre la edad legal de jubilación y el aumento de la esperanza de vida. Afortunadamente vivimos más y por lo tanto deberíamos estar más tiempo trabajando durante más años”, afirma Doménech. En su opinión se deberían establecer mecanismos cuasiautomáticos que obliguen o incentiven a que la edad de jubilación tenga una correspondencia con el aumento de la esperanza de vida.
“Sin hacer una reforma más en profundidad seguramente no vas a conseguir que todas las generaciones vayan aumentando su edad de jubilación. Para ello, considero que es importante un sistema de cuentas nocionales», añade Conde-Ruiz.
Cuentas nocionales
Las cuentas nocionales, muy utilizadas en los países nórdicos, son cuentas virtuales , sin modificar el sistema de reparto actual, donde se van anotando las cotizaciones de los trabajadores de cara a su futura pensión. Unas cantidades que, además, se revalorizan en función de unos parámetros, como puede ser el crecimiento del Producto Interior Bruto. A esa cuenta, toda persona podría acceder para comprobar cuál sería el importe de su prestación y, de no considerarla suficiente, poder tomar la decisión de complementarla con ahorro previsional.
Este modelo, es “la forma más acertada de poder cumplir con los objetivos de suficiencia, equidad y sostenibilidad con un sistema de reparto”, afirma Doménech.
Mantenimiento del poder adquisitivo
El Pacto de Toledo también recomienda que el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones se realice en función de la inflación, algo en lo que Doménech se muestra de acuerdo, “pero hay que tomar medidas compensatorias para evitar el aumento del déficit estructural para evitar que de forma sistemática las pensiones se paguen con déficit”. Desde 2018, la revalorización va en función del IPC lo que ha hecho aumentar el déficit estructural de la Seguridad Social y provoca que el problema de la sostenibilidad del sistema se agrave.
Por su parte, Conde Ruiz considera que una buena característica de un sistema de pensiones es que la pensión esté protegida frente a la capacidad de compra, pero hay que buscar un mecanismo para garantizar la sostenibilidad al mismo tiempo. “Hay que buscar un mecanismo que sea igual de potente que lo era la congelación de las pensiones, que garantice que el gasto en las próximas décadas no suba. Una media compensatoria son las cuentas nocionales”, vuelve a insistir”.
Si quieres volver a escuchar esta conferencia virtual sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones o te lo perdiste, puedes hacerlo a través del enlace.