La Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera (EFPA) en España ha presentado un documento de seis propuestas para impulsar la educación financiera en nuestro país.
La creación de programas obligatorios de educación financiera en la etapa escolar, el fomento en empresas y en canales como las redes sociales son algunas de las seis propuestas de la Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera (EFPA) en España para fomentar estos conocimientos, especialmente entre el público joven.
La organización, dedicada a la enseñanza de finanzas a profesionales, ha formado ya a más de 17.000 personas en las siete ediciones del programa de Educación Financiera. Como resultado de esta labor divulgativa, ha elaborado este documento de propuestas para mejorar la educación financiera en España:
1. Plan de enseñanza financiera obligatoria en las etapas educativas.
Se deben incluir asignaturas de manera escalonada durante la educación primaria, secundaria y bachillerato, empezando en las primeras etapas con conceptos básicos que van desde el ahorro a la elaboración de un presupuesto para pasar a un contenido más especializado, con independencia de la rama que se desee cursar. Se trata de una formación en educación financiera obligatoria. A partir de la etapa del bachillerato, “es fundamental este tipo de formación porque es cuando el alumno empieza a tener interés por la aplicación práctica de la teoría financiera y el currículo de temas se puede centrar en conocimientos enfocados a la preparación del mundo laboral y personal”, señala el documento de EFPA. Cita como ejemplos conocimientos sobre cómo elaborar la declaración de la Renta o el funcionamiento de los productos de ahorro e inversión.
2. Promover la educación financiera en la empresa.
Cada vez son más los expertos que señalan el lugar de trabajo como uno de los sitios desde donde fomentar la educación financiera. Para ello es necesario tener políticas fiscales que promuevan cursos entre los trabajadores. Así, se pueden formar grupos heterogéneos de empleados para recibir formaciones que concuerden con su nivel y sus necesidades.
3. Un proyecto que incluya medios públicos y redes sociales.
Se debe poner en marcha un proyecto promovido desde las Administraciones Públicas, con el apoyo de la empresa privada, para impulsar las “buenas prácticas financieras” en las redes sociales y los medios de comunicación. El objetivo es conseguir que lleguen esos conocimientos de educación financiera al público objetivo: los jóvenes. Con ello también se pretende evitar la proliferación de otros perfiles no certificados que ofrecen asesoría financiera sin los conocimientos necesarios.
4. Conseguir más visión sobre la jubilación.
Es necesario el fomento del uso de herramientas para calcular cuál será la pensión pública para facilitar que los futuros pensionistas conozcan cuál será el importe estimado de su futura prestación. En Instituto Santalucía disponemos de una calculadora de pensiones, con la que los ciudadanos no solo podrán calcular cuál será el importe de su pensión, sino también cuánto ahorro necesitarán para complementar la pensión y puedan mantener su actual ritmo de vida.
5. Hacer partícipes a Fintecs, Insurtech y otras entidades
Nuevamente, con el objetivo de llegar al público joven, desde EFPA se pide que se involucren todavía más Administraciones Públicas, reguladores y grandes entidades, ya veteranos en iniciativas de fomento de la educación financiera, junto con otras organizaciones más noveles y con un enorme componente tecnológico e innovador, y próximas a ese colectivo, como las Fintech e Insurtech.
6. Hacer hincapié en la Economía Conductual.
La Economía conductual es aquella disciplina que estudia cómo nuestra mente se comporta ante cuestiones relacionadas con el ahorro y la inversión y que hace que, por falta de educación financiera, tomemos decisiones erróneas. La Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera en España insta a asesores financieros y todos los profesionales que tratan con los ahorradores a entender cómo influyen elementos psicológicos, culturales y sociales sobre el comportamiento económico de los ciudadanos. Para ello, EFPA pide que se formen en Economía Conductual o Behavioral Finance, en inglés, “para entender y saber transmitir a los clientes el coste de oportunidad que tiene la toma de cualquier decisión financiera”.
Asimismo, también llama a atención a la necesidad de transmitir al ahorrador la importancia de las finanzas sostenibles, “que se han convertido en una cuestión prioritaria en la Unión Europea con la aprobación del ‘Plan de Acción: financiación del desarrollo sostenible’”.
En Instituto Santalucía disponemos de varias herramientas entre libros, guías y simuladores para ayudar a los ciudadanos a tener un mayor conocimiento sobre finanzas y les ayuden a tomar mejores decisiones financieras a lo largo de sus vidas. De este modo, además de la calculadora de pensiones, disponemos de una calculadora de seguros, para conocer la prima a abonar en seguros de vida según las coberturas que deseemos asegurar, y una muy reciente, como es el simulador de rescate del plan de pensiones, para conocer el importe a cobrar y su impacto fiscal.