Actualmente podemos contar con dos tipos de pensiones: contributivas y no contributivas, orientadas a cubrir las distintas necesidades económicas de los españoles. Para ello es necesario reunir una serie de requisitos para poder solicitarlas. Te lo explicamos en el siguiente post.
La Seguridad Social es un sistema que garantiza una cierta cobertura a todos los ciudadanos con el fin de contribuir a un mejor estado de bienestar. Se trata de un sistema de solidaridad intergeneracional, o también llamado sistema de reparto, el cual exige a los actuales pensionistas haber cotizado durante su vida laboral. Estas prestaciones se conocen como pensiones contributivas.
Sin embargo, la Seguridad Social ofrece en algunos casos la posibilidad de acceder a una prestación aun sin haber cotizado o contribuido previamente. Estas prestaciones, a diferencia de las primeras, son conocidas como pensiones no contributivas, ya que no es necesario haber cotizado previamente para poder disfrutar de ellas.
A continuación te explicamos con más detalle en qué consisten cada una de ellas.
Índice
Pensiones no contributivas
Como habíamos comentado, las pensiones no contributivas son aquellas prestaciones económicas destinadas a aquellos ciudadanos que se encuentran en situación de necesidad protegible y que carecen de recursos económicos suficientes para su subsistencia, con el fin de proteger a aquellos ciudadanos más vulnerables. En 2020, el Estado entiende que no disponer de ingresos suficientes implica que la suma de los ingresos no supera los 5.538,40 euros, que es el importe de la pensión no contributiva. La cuantía se puede superar en función del número de miembros que convivan con el solicitante. No hace falta haber cotizado nunca o el tiempo suficiente para recurrir a ella.
Existen dos tipos de pensiones no contributivas:
- Pensión no contributiva de invalidez actúa como cobertura económica a ciudadanos que se encuentren en situación de discapacidad y/o afectados por una enfermedad crónica en un grado igual o superior al 65% y carecen de recursos para hacer frente a sus necesidades especiales. Contempla una asistencia médico-farmacéutica gratuita y diferentes servicios sociales.
- Pensión no contributiva de jubilación por la que se asegura a los mayores de 65 años que se encuentren en un estado de necesidad una ayuda económica, así como asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales en caso de requerirlos.
Para acceder a esta pensión, sea de la tipología que sea, es necesario residir de manera legal en España. Además, será su Comunidad Autónoma la que deba gestionar la tramitación de esta pensión a través de sus organismos competentes. A nivel de edad, se debe de ser mayor de 65 años.
Incompatibilidades de las pensiones no contributivas
La pensión no contributiva de invalidez es incompatible con la no contributiva de jubilación, con las pensiones asistenciales (PAS) y con los subsidios de garantía de ingresos mínimos, así como con la condición de causante de la asignación familiar por hijo a cargo con discapacidad.
Del mismo modo, la pensión no contributiva de invalidez no impide poder llevar a cabo aquellas actividades laborales, sean o no lucrativas siempre y cuando dicha actividad laboral no supere la suma entre el límite de ingresos y la cuantía de la pensión no contributiva.
Pensiones contributivas
Las pensiones contributivas son aquellas prestaciones económicas destinadas a aquellos ciudadanos que hayan cotizado a la Seguridad Social en periodo mínimo legal de 15 años, de los cuales dos deben estar comprendidos dentro de los tres últimos lustros inmediatamente anteriores al momento de solicitar la jubilación. Esta prestación tiene un periodo ilimitado de tiempo.
Tipos de pensiones contributivas:
- Pensión contributiva de jubilación. Es decir: jubilación ordinaria, jubilación anticipada, jubilación parcial, jubilación flexible, jubilación activa y jubilación especial a los 64 años.
- Pensión contributiva por incapacidad permanente
- Pensión contributiva por fallecimiento de viudedad, orfandad y en favor de familiares.
La cuantía de la pensión contributiva se determina en función de las aportaciones efectuadas por el trabajador (y el empresario, si se trata de trabajadores por cuenta ajena), durante el período considerado a efectos de la base reguladora de la pensión de que se trate.
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